jueves, junio 26, 2025

Las puertas del cielo

He estado cerca de la muerte en dos ocasiones.


La primera fue una caída rampante de mi vehículo por una pendiente curva de la carretera en la sierra de Chiapas. Sobreviví milagrosamente. Unos raspones, golpes contusos y dos huesos fracturados que, luego de cuidados intensivos y reposo, recuperaron su movilidad. ¿Qué sentí? Sentí nostalgia por la vida. Esa sensación de que hay que abandonar el juego cuando estaba en su momento mejor. Yo tenía unos 25 años.


La segunda vez fue diez años después, en una visita que hice a Huehuetenango. Nos pusimos de acuerdo por Messenger y a mi llegada ya tenían preparadas las casas de campaña y el plan de ruta para descubrir las bellezas paisajísticas de la región. A la exploración se unieron dos mujeres jóvenes con interés en la fotografía de naturaleza, a quienes invité de última hora. El recorrido se realizó previo acuerdo monetario con un chofer que hizo el viaje en un vehículo compacto.


Ese mismo día estuvimos en el mirador de “Los Cuchumatanes”, un lugar altísimo desde donde a la izquierda se pueden ver las sinuosas veredas hacia otras poblaciones, y a la derecha el bello horizonte donde se forma sobre la ciudad de Huehuetenango una alfombra de nubes que, al paso de los últimos rayos solares y la neblina estacionada o pasajera, lo convierten en un espectáculo majestuoso. La estancia fue fantástica; pudimos apreciar el amanecer en un lago con encumbrados riscos, y arroyos gélidos que se interconectan con otros y derivan en cascadas, siguiendo su curso hacia afluentes mayores, ofreciendo un panorama estremecedor, similar al que se ve en las películas de fantasía épica.


Al día siguiente conocimos otros senderos, uno de ellos fue “Las puertas del cielo”, rocas con formas monstruosas en lo más alto de montañas con caídas al vacío impactantes. Al regresar, me mandaron al asiento del copiloto y los demás, exhaustos, se desparramaron en los asientos traseros. El camino implicaba que el conductor, además de hacer los cambios de velocidad, supiera descender usando la técnica de “frenado de motor”, algo que el conductor ignoraba por completo.


El punto más alto de la Sierra de los Cuchumatanes está a tres mil y pico de metros sobre el nivel del mar, y el conductor iba frenando una cincuentena de veces, sin prever lo que pasaría. Vi cómo pisaba el pedal del freno y el vehículo seguía avanzando mientras giraba el volante para evitar chocar con un autobús que iba delante de nosotros, el cual venía en sentido ascendente. Zigzagueó y pasó entre ambos vehículos en un instante en el que pensé que podríamos morir todos. Me miró con ojos de pánico y le dije: "Encomiéndate a todos tus santos, porque tal vez no salgamos vivos ".


Le indiqué que intentara reducir la velocidad a segunda; si lograba hacerlo, podría disminuir la velocidad. Él respondió: "Voy a intentar reducirla a primera", lo cual hizo. Con el movimiento, mis acompañantes despertaron.


¿Sufrí? Sí. ¿Quién me manda a andar tan lejos de mi familia y casa, y aún en días festivos, días de guardar? El auto se detuvo, descendimos todos. Yo, como buen mexicano, saqué la botella de tequila y me bebí dos tragos para calmar el susto.


¿Qué me quedó de aprendizaje? Que la muerte primero nos asusta y, yo lo quiero disimular, aunque al final nos gane. Mientras tanto, como dice la letra de la canción de Joaquinito …”Si nos llega el fin que nos pille bailando” ¡Salud! 




martes, junio 24, 2025

¿Se vale soñar?

 ¿Se vale soñar?


La vida es un sueño y no queremos despertar. Toda esta vida es un sueño. ¡Qué buena onda! ¿no?... O sea, un viaje, un alucín, un momento momentáneo. 


¿Lo mejor de estar vivo será estar soñando?... Se vale soñar. Pero soñamos con los ojos abiertos. Eso es vivir. 


Soñar es vital para todos, proporciona descanso y regenera la mente y el cuerpo, permitiéndonos funcionar de forma óptima al día siguiente. Pero eso es la cuestión científica. En la metafísica, son las ilusiones, propósitos y fantasías que se generan a corto, mediano o largo plazo. 


Dicen que cuando olvidamos y renunciamos a nuestros sueños, cuando nos resignamos a no alcanzarlos, es cuando se inicia el descenso hacia el final.  


Las cosas que nos hacen consumir son los deseos, los sueños. Soñamos con la energía, la juventud, la belleza, la esbeltez, la lozanía, en fin, con la eterna juventud. "El retrato de Dorian Gray" representa la aspiración humana de preservar la juventud a través de un recurso ilusorio que desafía el paso del tiempo. Sin embargo, al tratarse de una transgresión contra el orden natural de la existencia, dicho artificio se desmorona inevitablemente, confrontando al protagonista con el precio ineludible de su hedonismo sin medida. Aun así, en su fugaz tránsito por el placer, encontró un destello de gozo que, aunque efímero, pareció justificar la condena. 


Todos, o casi todos, renunciaríamos al status quo estable, solo por uno de aquellos años de juventud. Aquellos instantes en los que nos sentíamos invencibles, inabarcables, indescriptibles, con una adrenalina y una energía para explorar, conocer, descubrir, otros mundos, distintas maneras de habitar la realidad. 


Hoy se señala de ridículos a aquellos que se tiñen el cabello o se lo implantan, que se reconstruyen los pómulos, los que a través de cirugías intentan mantener la figura de los años mozos, a quienes se les dice "Ya señora, siéntese", a quienes se les apunta con el dedo, diciendo que sus tiempos ya pasaron. 


Hace unos años, durante una visita a la Ciudad de México, estuve en el parque de la Ciudadela y los fines de semana vi a tres o cuatro grupos de bailarines, quienes, a lo largo de tres o cuatro horas, bailaban música de los setenta, ochenta y noventa. Tenían una sonrisa de oreja a oreja y parecían actores de película, con la vestimenta de la época y la coreografía original de los bailes famosos. Un aguafiestas pronunció: "Qué pena me dan los que no aceptan el paso del tiempo". 


A mí me agradan los chavorrucos, ¿Qué hay de malo en aferrarse a sus momentos de gloria? Mientras no provoquen daños a terceros. 


Le invito a escuchar un temazaso del Gurú del Rock en México don Alex lora, búsquela en su Spotify, le comparto un fragmento de la letra: “Tú eres como un sueño/Y yo tan solo soy un pobre soñador/Tú eres como un sueño/Y de ese sueño nunca quiero despertar/Por eso/Nunca los ojos quisiera volver a abrir/Soñando/Así es como quiero vivir”


lunes, junio 23, 2025

El Nica

 Me encontré con un hombre de cincuenta y tantos en el taller mecánico. Él esperaba conversar con el propietario, y yo había llegado para solucionar un problema menor en mi auto. Lo vi con unos tubos de metal como material de herrería, así que le pregunté por su oficio. Él me dijo que tenía habilidad para la hechura de puertas, pero también dominaba la albañilería, la plomería, el armado y la colocación de plafones y techos de policarbonato, entre otros saberes.


 Inspirado, me dijo: "Hoy en día, hay gente que dice ser experta en una sola cosa y no saben hacer más. Se preparan para un solo oficio, y mientras trabajan en lo suyo, llega un momento en que le dicen a su cliente: 'Hasta aquí llego, si desea seguir, hable con otro', porque no están capacitados en otras artes". Tomó aire y continuó: "Así es como aprendí, allá en mi tierra en Nicaragua, así éramos, trabajadores y competentes en todo. Hoy en día, se conforman con dominar una sola habilidad y no saben de lo demás". 


"El otro día, el presidente —porque él y yo así nos tratamos, nos conocemos desde que llegué por primera vez aquí y comenzó a darme trabajo, ya tiene de eso como doce años—, el presidente me contó que iba a una comunidad con una comitiva de 4 o 6 obreros, uno para cada tarea, y les faltaba alguien. El obrero que sabía de plomería no podía avanzar, y ahí se complicaron las cosas para los otros cuatro. Le dije: 'Llévame solo a mí la próxima vez'. Así que otro día, fui con el contratista y trabajé bien en su proyecto. Allí abajo, tenían que pavimentar y esquinar las banquetas, y estaban teniendo problemas con el peso o la dirección de los drenajes pluviales. Llegué yo y les mostré cómo debían hacerlo". "Ya tengo mis años, pero aún estoy activo, porque siempre puede surgir alguien mejor que yo. Nunca falta un joven que quiera competir, pero las cosas están así... No creo que salga alguien mejor. Los trabajadores competentes ya no están surgiendo. Por una razón, quieren ganar fácil y mucho, pero no, se lo tienen que ganar con esfuerzo. Ya no quieren aprender, solo quieren depender de la inteligencia artificial, como si solucionar problemas en la vida requiriera eso".


 "Me casé porque en Nicaragua tenía a mi mujer y a mi hija, pero los dejé al venir aquí y nunca regresé. Al principio me junté con una Catracha, pero nuestras formas de vida eran demasiado distintas. Ella quería levantarse tarde y hacer poco, así que decidimos separarnos. Después, me uní a una mexicana, pero ahora no está conmigo. Le construí una cabaña allá, sabes, en ese lugar donde aquel camión se salió de la curva y se llevó a un montón de pasajeros. Ahí, en ese lugar, le construí una casa con puertas abatibles sin usar ni un punto de soldadura. En otros lugares, habrían soldado a más no poder, pero yo prefiero una unión sin soldadura, solo ensambles, y así lo hice. Pero ella está ahora en Tijuana". 


"Actualmente, vivo aquí en el boulevard. ¿Conoces la llantera de la esquina con una escalera de metal afuera? Esa es mi casa, me encontrarás ahí. Soy Enrique, pero todos me dicen 'El Nica'. Sé que aquí hubo otro 'Nica' famoso por ser trabajador, y eso me agrada porque así somos los nicaragüenses, fuertes y orgullosos, capaces de hacer de todo y hacerlo bien para que nos recuerden. Si necesitas algo, aquí me tendrás, o también puedes preguntar por el güero, él puede ser nuestro punto de contacto. Que te vaya bien". 


Nos despedimos, y le dije a mi hijo de catorce años que me acompañaba: "Así era la gente antes, ya no quedan muchos como ellos. Las nuevas generaciones se especializan en una sola cosa, y si fallan en eso, no saben qué hacer. Uno siempre debería seguir aprendiendo para estar preparado en cualquier situación inesperada".


Hay de todo, migrantes que vienen a enseñarnos y otros que vienen a aprender.


La Vegetariana

 Yeong-hye es la protagonista del libro “La Vegetariana” de la Premio Nobel de Literatura Han Kang. Es una destacada profesional en el ámbito universitario, tiene un esposo y una familia ordinaria, pero de repente decide volverse vegetariana. Esto altera su círculo afectivo y el choque resulta en confusión y violencia.


Yeong-hye pide, a través de su papel en la novela, respeto a la diferencia y la ruptura con lo que se espera de su género. Es una denuncia y un llamado a la sensibilidad de aquellos que se ven confrontados por la diferencia.


Existe un dicho popular que se utiliza con frecuencia en discusiones: “La mayoría gana”. Se dice cuando se comunica una decisión que no es unánime, pero a la que todos deben acatar, de lo contrario sufrirán algún tipo de presión para integrarse. Sin embargo, integrarse implica renunciar a la esencia de la vida. Nos resulta difícil ver las cosas desde la perspectiva del otro y nos enojamos con la diferencia.


El libro trata sobre la búsqueda de una persona por experimentar, según su criterio, un estilo de vida distinto. Según la norma, “todos deberían tener derecho a decidir sobre su cuerpo siempre y cuando no lastimen a terceros”.


Aunque existen varios personajes en la historia, los principales son ella, su hermana y su cuñado. A lo largo del relato, desde nuestra comodidad, presenciamos el debate, el abismo, el dilema. Es inevitable que, según nuestra percepción, tomemos partido, pero el bando elegido suele ser el de la mayoría, aunque no necesariamente el correcto.


La lectura de “La Vegetariana” nos invita a reflexionar sobre nuestros roles. ¿Hasta qué punto los elegimos y hasta qué punto los soportamos? ¿Cómo podemos mantenernos al margen cuando algo que observamos nos parece fuera de contexto?


“Ya no soy un animal, hermana”, dijo, observando primero la sala vacía como si estuviera a punto de revelar un secreto trascendental. “No necesito comer, ahora no. Puedo vivir sin ello. Solo necesito la luz del sol”. CITA DEL LIBRO: “LA VEGETARIANA” DE Han Kang.


La paz y el respeto a la diferencia es una frase que suena bien y que entonamos a coro cuando se trata de promover la justicia, pero su esencia no emerge cuando nos enfrentamos a circunstancias desconocidas. Lo extraño y asombroso nos horroriza y nos impulsa a querer corregirlo.


Al terminar el libro, pensé que era un abrazo a la humanidad, una voz que habla por aquellos que no son aceptados y que señala temas que pasan desapercibidos al estar en la mayoría.


La ilustración de la portada del libro nos adelanta lo que encontraremos en su interior.


Traductor: Sunme Yoon.

Número de páginas: 240.

Tiempo de lectura: 5h 40m.


#EsdrasCamacho



viernes, junio 13, 2025

El Óscar de Cuarón o Iñárritu también es tuyo

 El Óscar de Cuarón o Iñárritu también es tuyo, el Nobel de Marie Curie, también tuyo, también nuestro. Cuando uno de nuestra especie se supera, aquel que rompió las ataduras de la esclavitud, la ignorancia o la pobreza, que es lo mismo, deberíamos estar dichosos.

¿Quién alimenta tu talento? Excelente pregunta. ¿Por qué de pronto surge un bailarín en la familia, un cantante, un pintor? ¿Será un don divino? Todos están, estamos todos. Somos la gran sustancia amalgamada, la misma genialidad de Picasso, Dalí, John Lennon, Mussolini, esa misteriosa esencia conectada a lo largo de todas las épocas. Si menciono a mi tío Carlos Gardel o a mi Compadre Juan Rulfo, en algún punto hay algo cierto que nos conecta, aunque la ciencia afirme rotundamente que no compartimos códigos de parentesco comunes. Lo que ocurre es que ignoramos. Por eso hay que prepararse, dilucidar y desentrañar el misterio, eso que Albert Einstein expresaba: “El misterio es la experiencia más hermosa y fuente de todo conocimiento”. Si reflexionamos sobre qué nos conecta, cuál es el nexo entre nuestros vecinos, es probable que encontremos pocos elementos al principio, pero si luego ampliamos nuestro rango a todos nuestros conocidos, ¿qué nos hermana? ¿De qué hablo? De la experiencia humana. Un grillo suena de la misma manera en tu casa que en la mía, ¿también sientes ese zumbido en los oídos y no sabes de dónde viene ese sonido? Un perro ladra y ataca según las circunstancias, los zancudos molestan por igual sin importar la raza, credo, color o posición social. El aburrimiento, una situación de peligro, un momento sorpresivo, un recuerdo memorable son el combustible del artista. Con ellos, de forma inconsciente, hacemos uso de esos recursos en nuestra cotidianidad, en nuestro día a día. El compositor Francisco Gabilondo Soler, conocido también como el grillito cantor, era un lector voraz de fábulas y cuentos infantiles, pero también un gran observador de su entorno, de su cotidianeidad. Todo nos inspira de forma visible e inmanente, está manando y fluyendo, arriba y abajo, a un lado y al otro, la belleza, lo fascinante. Podemos descubrirlo o no. Alguien mencionaba en un tono metafísico que los escritores, cuentistas, poetas, compositores somos como antenas que captamos la señal de donde provenga y la transcribimos en letras en cuanto tengamos la señal clara. A veces no expresamos nada porque no estamos captando la señal. Si no captamos la señal de inmediato, no hay motivo para entristecerse. El truco es orientar bien nuestras antenas.

lunes, junio 09, 2025

¿Cómo sabemos que es arte lo que tenemos enfrente?

 ¿Cómo sabemos que es arte lo que tenemos enfrente?


Si te es indiferente, no lo es. 

Pero puede deberse a dos cosas, que no lo sea, o bien, que tu sensibilidad al arte sea limitada o nula. 

Cualquier manifestación humana que provoque alguna emoción positiva o negativa, lo que te trastorna, te inquieta, te cuestiona, lo que te confronta o enternece, es por mucho una obra de arte. 

Encontramos millones de sonidos, imágenes, sabores, texturas, aromas y experimentamos agrado, interés, asombro, fijación, contemplación, deseo, o, no. No pasa nada si no lo experimentamos, pero difícilmente no experimentamos nada, estamos hechos para sentir. Entonces el arte es sentir algo. 

 Los recuerdos que tenemos pueden ser arte también. La evocación del instante alegre o triste es arte también. Aunque es solo sea interno, no obstante, quizá te inspire a tomar otra actitud o asumir una postura con respecto a distinto tema. Decimos que no sabemos de donde llega la inspiración, porque no tenemos la lupa, la memoria no es un radar que nos encuentre el punto en donde surgió y conectó la imaginación para manifestarse en otras expresiones estéticas. 

"Esta tarde vi llover" ha sido una canción muy popular y ha sido versionada por una amplia gama de artistas, tanto en español como en inglés. Su autor Armando Manzanero, relata en una entrevista al canal 2 de televisión en México, que le nació la idea una tarde que sale de uno de sus empleos (Tenía 3), era quincena y tenía entre uno y otro un intervalo de tres horas o más, así que se le ocurrió aprovechar el momento para compartir un antojo, llamó a su casa y le dijeron que su esposa y sus hijos no estaban, marcó a su mejor amigo y le avisaron que no estaba, marcó a casa de sus papás y su mamá le dice que si va a llegar que lleve comida porque no hay nada en casa. 

Armando Manzanero va solo a un restaurante, pide su almuerzo, se sienta y sorpresivamente comienza a llover, todo como en una película. Él añade cuanta gente hay así, tiene con que, pero no tiene con quien. 

Cuando falleció el compositor yucateco, la Sociedad de Autores y Compositores hizo un llamado para que se homenajeara el artista. La iniciativa consistía en abrir una ventana de tu domicilio e interpretar este tema, lo cual fue realizado y videograbado por varios internautas. 

Son inspiradores, la soledad, el engaño, el dolor emocional, la belleza natural, la tristeza. Podemos tener un caudal de información para extrapolarlo, ponga atención a sus recuerdos, evóquelos, inspírese y póngase a construir arte. 


domingo, mayo 18, 2025

No sé tocar ni un instrumento

 No sé tocar ni un instrumento

Pero cuando tengo tus sombras entre mis dedos

Aparece la música.

Vamos a escucharnos

A burbujearnos

A fosforecernos.

Te silabeo

me solfeas

nos tarareamos.

me blueseas, te jazzeo

Janis joplin y B.B King reverencian nuestro Flow.

—¿No que no cantabas?

—¿No que no bailabas?

Grillos cantantes

En frenesí

Tu y yo.

No sé tocar ni un instrumento

Pero no importa

Mientras estés

Ejecutando tus gozosas partituras

en mí.

miércoles, mayo 07, 2025

Estudiantes memorables


¿Cómo aprende el estudiante? Mediante sus emociones, cuando interactúa con aquellos que están en su salón o con sus profesores.  


Un profesor no debe olvidar que alguna vez fue alumno. ¿Qué tipo de alumno fue?... ¿Qué tipo de enseñanza esperaba?, ¿Cómo logró sobrevivir a esa época?. El profesor deberá empatizar con las personalidades de sus estudiantes, no todos están en posibilidad de aprender al mismo ritmo, ni con el mismo interés.  


A lo largo de mi trayectoria como docente en distintos niveles educativos me ha tocado ver y conocer distintos tipos de personalidades en los estudiantes. He comprendido que el profesor juzga con severidad a muchos que llegan al aula buscando un refugio, un descanso, un escape. 


No todos los que están en el salón saben lo que están haciendo, muchos asisten sin expectativas y sin enfoque, sin vocación. Son alumnos, en contra de sus aficiones e intereses. Los planes de estudio hasta hace no muy poco han sido anacrónicos, hechos para avanzar en cámara lenta, ofreciendo información que promete ser importante, pero que en corto, mediano o largo plazo no encuentra aplicación en la vida real.


El docente siente la vibra del alumnado, intuye y adivina las ganas que tiene el estudiante de estar donde está, las ganas de dar lo mejor para ser excelente, o solo cumplir entregando lo mínimo para acreditar con suficiencia. 


A veces veo años después a aquellos que un día estuvieron en clases y recuerdo alguna característica especial de cada uno, no siempre es posible tener en mente a todos. Solo a aquellos con una personalidad fuerte, débil, notorios por su entusiasmo o por su apatía. 


Hace tiempo tuve como estudiante de bachillerato a una alumna que mostraba un desagrado al verme llegar, una actitud imposible de disimular, apatía. Llegaba yo al aula, sin darle importancia a ese hecho, pero ella hacía lo posible porque yo me diera cuenta. Entregaba un porcentaje inferior a lo solicitado cada parcial y cada vez se iba a presentar examen de recuperación. 


Se presentaba a la evaluación para mejorar su promedio o recuperarse de sus malas notas, y tampoco daba el esfuerzo requerido. Yo solo ponía en práctica la paciencia y la neutralidad, no me lo tomaba personal, porque pensaba que ella no terminaría sus estudios. Dije, no creo que siga estudiando, esa actitud no la llevará lejos. 


Un día acudo a una clínica en mi ciudad, voy con preocupación porque mi padre presenta síntomas de gravedad, sin conocer bien a bien, su impredecible decaimiento y deshidratación. Nos formamos en la sala de espera, a pesar de que el cuadro a todas luces era urgente, pero no siempre lo urgente se atiende con urgencia, y en un breve lapso de tiempo, el consultorio se abre y me atiende la doctora, que de inmediato recordé como esa alumna de aquellos días, esa que no se interesaba en literatura, ni en redacción… porque iba a ser doctora. Me reconoció y sonrío con amabilidad. Nos atendió muy profesional. Agradecí su intervención oportuna y efectiva para solucionar el problema de salud de mi padre. 


Salí de ahí aliviado y agradecido que, en toda mi vida, jamás he confrontado por su personalidad a mis estudiantes, algunos, como en este caso, nos sorprenderán.  



martes, mayo 06, 2025

Yo no espero diciembre para estar triste, lo estoy todo el año.

Yo no espero diciembre para estar triste, lo estoy todo el año.

 

Cuando el fin de año aparece, se extraen como de un baúl sin fondo, esas vivencias de alegría y dolor se van recontando, algunas veces se exhibe y otra queda en el análisis personal.

 

Se espera de diciembre esa retahíla de buenos deseos expresados en mensajes de lectura veloz y escritura veloz, porque ahora existe la inteligencia artificial que con sus múltiples asistentes automatizados escriben por ti, para ti, piensan y actúan por ti.

 

El mundo se enternece, no porque signifique el nacimiento del Cristo, sino porque es la tendencia.

 

Los que como yo tenemos la misma actitud, se nos categoriza entre desabridos, silenciosos, anormales.

 

El alboroto cuando viene de ti, de forma espontánea es digno de celebrar. Es la felicidad producto de tus transmisiones neuronales y no de la parafernalia industrial que te induce, a sentir, pensar y actuar.

 

Yo tengo siempre música de fondo en mi cerebro, y no es reggaetón, ni villancicos, no es el rock, ni cumbia, no es pop ni electrónica, es jazz, el elegante jazz. Ando por la vida como en mi propia película de los 40, en blanco y negro y su amplia gama de grises.

 

Alguien dijo “prefiero la tristeza a la felicidad, porque me dura más”.

 

Es que por todos los medios nos estimulan a estar positivos, entusiastas, a perseguir la zanahoria atada con un alambre a nuestras cabezas, y nosotros damos vuelta a la noria que está produciendo dividendos, ganancias.

 

Flexible pero terco en el estoicismo.

Nada de disparos de luz, nada de estertores.

Matizo y disfrazo según convenga el capital interior.  

lunes, mayo 05, 2025

Hay lectores

Leemos por un acto de placer inenarrable, comprensible solo en aquellos tocados por la eternidad del ángel sublime, en un acto de asirse de los trapecios en los más altos barrancos y vertiginosos horizontes, como si hiciésemos un acuerdo, un pacto, una alianza con otros extraviados, solitarios y alucinados.

 

Cada lector a la distancia, en el tiempo y en el espacio está emitiendo señales, otros con intuición o sensibilidad metafísica las captan, así nos conectamos, así somos esa unidad tintineante y dispersa de lectores.

 

Hay lectores de distintas categorías.

 

Están los académicos, aquellos que con obsesión hermeneútica arrancan significados y correlacionan vocablos y terminología especializada en una pretensión por ser ellos mismos, dadores de conocimiento, acumulan conocimiento para a su vez verterla en artículos, libros o ensayos, ofreciendo luz, donde hay sombras.

 

El contemplativo.

Este lector experimenta un silencioso placer apoteósico, individual, no espera nada, no se queda con nada, solamente la dicha efímera de goza de las imágenes leídas, pudiera decirse que, si lee sobre una cascada, la brizna le moja los pómulos y las pestañas, si lee sobre un incendio, siente que sus arterías van a reventar.

 

El errante.

Le entra a todo, va sin coherencia ni claridad sobre temas varios, pellizca, muerde, olfatea, abreva de uno y otro, de otro y otro, insaciable, a veces se detiene en un tema en el que parece se volverá experto, pero lo suelta, lo abandona y se va veloz a otros páramos, sin acabarlos de completar.

 

El alquimista

Este convierte en poesía, narrativa, teatro, cine, lo que lee y ve.

Filtra lo leído, reposa lo leído, pudiera decirse que lo olvida, y luego lo transforma. Cuando habla suelta metáforas coloridas, originales, y es que todo lo leído le ha alimentado, le ha transformado.

Les llegan emociones desconocidas a borbotones, pareciera que alguien se las está susurrando. Él mismo es un manantial de arte.

 

El obsesivo.

Subraya, desmenuza, construye puentes. Ata cabos, interconecta autores. Supone encontrar la piedra filosofal.

 

El distraído.

Lee y sueña, y cuando sueña, sueña que lee, su mundo se ha convertido en esa densidad, esa bruma artificial, en el que cualquiera es un personaje, cualquiera podría interrumpir una escena, añadir algo a la trama.

Tiene libros que a veces suelta, como si él mismo los escondiera para al cabo de cierto tiempo, hacer como que los descubre y consentir de nuevo sus lecturas.

 

Me quedo con el contemplativo… ¿Con cual te quedas tú?.

 

#EsdrasCamacho

05/05/2025

 


viernes, mayo 02, 2025

¿Somos nuestros terapeutas?

La neurosis puede ser imitada. Si crecimos en un ambiente donde estallar en crisis emocionales era habitual, eso aprenderemos. Eso que algunos no quisieran que fuera cierto, lo es: los patrones de conducta, pero aún es más grave, hay ciertas creencias e hipótesis sobre el comportamiento transgeneracional, afirma que, estamos repitiendo pensamientos o creencias de las generaciones pasadas en nuestra línea directa o indirecta.

 

¡Qué castigo!

 

Estos descubrimientos podrían hacer que se acuse al abuelo, bisabuelo, tatarabuelo de nuestras torpezas, yerros y desatinos, o éxitos, logros, talentos descubiertos y aplicados.

 

Si, pero no.

 

“No hay que creer, ni dejar de creer”, me decía mi madre y se lo tomo como válido, porque he comprobado que estar en un extremo no siempre aplica para entender el mundo.

 

Genéticamente afloran rasgos y características de nuestros antepasados esto como regalo no como castigo, uno tiene derecho a ser “original”, no repetir en bucle lo que los demás pensaron o hicieron, si no que chiste, ninguna satisfacción propia o merito personal tendríamos los nietos, tataranietos o bisnietos.

 

Hay que ir aclarando y definiendo nuestro criterio con el paso del tiempo, con la edad uno puede irse despejando de ciertos juicios de valor equivocados, “sanando”. Consentir y complacer nuestras infancias, no devolver ira con ira, un desafío excelso y perenne.

 

El escritor Tapachulteco Marco Aurelio Carballo reveló en una ocasión a pregunta expresa sobre ¿Por qué escribía?, dijo sin dudarlo por neurosis, para expulsarla.

 

Somos un pozo profundo de herencias positivas o malinterpretadas, las artes nos asisten a levantar nuestra autoestima, a superar temores, a perdonar ofensas, de ahí que la mayoría coincida en el efecto terapéutico de las artes.

 

Pero eso no sustituye la visita a un profesional de la salud mental. Si la neurosis está afectando nuestro entorno, si hay ira desbordada de forma recurrente, si hay narcisismo, manipulación, agresividad pasiva, migraña, angustia, tristeza, desesperación. Consulte a un profesional, no hay de otra. Un profesional ayudará a deshilvanar como bola de estambre nuestros pensamientos, hará rectos nuestros curvos pensamientos El profesional en cuestiones psicológicas alumbrará donde hay oscuridad.

 

¿Somos nuestros terapeutas? Obviamente no.

 

Si no es para tanto, siga consumiendo y produciendo arte.

 

#EsdrasCamacho

 

02/05/2025

miércoles, abril 30, 2025

Escribo lento, me distraigo.

Comencé a escribir Odiseas Posmodernas en el 2024 como un juego, una catarsis, un ejercicio de escritura. Aunque he tomado clases de escritura, a la hora de escribir, rompo las reglas. Si, es natural en mí, siempre ha sido así.  

 

Los escritores profesionales dedican las reglamentarias ocho horas de trabajo a escribir. Y quizá más. Llevo algunos meses con un proyecto literario. Lo sé todo, pero no me permito terminarlo. Sé lo que estoy haciendo y a veces no.

 

Escribo a cuentagotas, no soy es abrir la llave las letras se disparan. Supongo estoy limitándome a nivel inconsciente, es algo inenarrable. Soy como aquellas vendedoras, que cuando les dicen “Le compro toda su mercancía”, responde: —No, porque luego que voy a vender.

 

Soy escritor como soy lector: despreocupado.

 

No sé dónde fue a quedar “Luz de Agosto” de Faulkner, que llevo intentando su lectura algunos años, o el otro que se llama “Dejemos hablar al viento” de Juan Carlos Onetti. Títulos interesantísimos pero que no logro pasar de las primeras cincuenta hojas. Entonces me pongo a leer otros muchos, en el camino se me olvida que estaba leyendo, a veces vuelvo a retomarlo, otras, ando tan lejos de las primeras lecturas, que prefiero seguirme de largo.

 

Cuentan que Víctor Hugo el de “Los Miserables” pedía que le dejaran en su habitación, y le llevasen su ropa, sin devolvérsela en un día o dos, para que se viera obligado a escribir y avanzar con sus proyectos. Truman Capote se describía a sí mismo como un "escritor completamente horizontal". Escribía acostado en su sofá o cama, con un cigarrillo y una taza de café o té a mano. Se cuenta que Gustave Flaubert era conocido por su meticulosidad extrema al escribir. Se dice que podía pasar días enteros buscando la palabra perfecta para una sola frase.

 

Tengo tanto que aprender de los grandes, sin embargo, tampoco me obsesiono, creo eso es lo que me falta. Escribo Odiseas Posmodernas como un ritual, o desahogo, vengo a la compu y mientras reviso las redes sociales o leo autores desconocidos en blog o pdf, ocasionalmente escribo en el otro proyecto, una novela breve.

 

 ¿No sé si a esto se le llama bloqueo creativo? Más bien debería llamarse desidia involutiva, avanzo lento como sobre dunas del desierto, como en medio de arenas movedizas. Desconectarme de las redes no funcionará, estoy ocupadísimo también conmigo mismo en todo y en nada. Le llaman trastorno, síndrome o TDAH.


Tengo cuatro personalidades y los cuatros son diletantes, permisivas y relajadas, cuando por lo menos una debería llamarme la atención, me dicen al unísono: — Diviértete ¿Qué otra cosa nos hará felices?

Y yo condescendiente digo—Ok. Entonces paro de sufrir.

—Si!!!

 

#EsdrasCamacho

30/04/2025

 

 

domingo, abril 27, 2025

Cuando tengo un libro siento que me he sacado la lotería.


[Odiseas Posmodernas]


Desde que conozco un portal web de venta de libros en línea he comprado una seisena, que me han llegado desde distintas partes del mundo, Nueva York, España, Colombia entre otros. Son libros nuevos, llegan a tu domicilio, puntuales. 


Recientemente he comprado uno de Mary Oliver, donde habla de sus maneras de crear y componer poesía, El camino del escritor de Julias Cameron, Los Niños del Borgo Vecchio de Giouse Calasiura, la biografía de Woody Allen, el ardor en la Sangre de Irene Irène Némirovsky, entre otros. 


Cuando tengo el libro en mis manos, casi casi le hablo diciéndole bienvenido, pasa, ensíllate.  Y el libro es como un recién nacido que me mira con sus ojitos entrecerrados y su cuerpecito enternecido, como diciendo, ¿Será este mi ser amado? Y, yo entendiendo eso digo ¡Si! Vamos a llevarnos muy bien, tu y yo. 


Cargo con uno, dos o tres, en una maleta aparte, una maleta para mi ropa y otra para mis libros. Me gusta que se acompañen (los libros), como si fueran una familia…no vaya a ser que no se acostumbren pronto a mí, o que se sientan abandonados. 

  

A veces, por descuido no abro la maleta de libros, porque me devoran actividades distintas pero siempre estoy buscando oportunidad para abrir la maleta y llevarme a todas partes uno. 


También he comprado en Botaderos a veces económicos, a veces no, me encontré con uno nuevo de los poemas de Jhony Cash, pagué por él como si estuviese en la Boutique, pero valió la pena, es un libro donde puede verse los borradores inéditos de sus canciones, y algunos poemas sueltos estremecedores. 


Cuando tengo un libro siento que me he sacado la lotería. 


Tengo un libro descuajeringado que adquirí en un estante de un pasillo en el mercado 5 de mayo de Tuxtla Gutiérrez, allí a un lado del camarón seco y pescado seco, en un local que ofrecía conservas y curtidos, el contenido, el título y el ejemplar es hermoso, se llama “El Otoño recorre las islas” de José Carlos Becerra. Desde ese día, ha estado a salvo conmigo. 

Yo leo como si no quisiera que se acabara lo que leo. Leo y saboreo lentamente las emociones que me genera, deseando se prolongue en mis neuronas, que se tatúen esas imágenes. Sé que quiero lo que quiero, y no es sencillo de explicar, solo aquel que ame tanto leer me comprenderá. 


Este jueves por la noche cayó una tormenta espantosa en el soconusco, yo iba a mudarme de lugar y anduve cargando cachivaches, saqué de la maleta el libro que he estado leyendo “10 viajes. La nueva realidad de las drogas psicodélicas” de Andy Mitchell y se me cayó en un charco agua, lo vi, reclamar mi descuido, pedirme auxilio, lo levanté, pero el mal ya estaba hecho, el agua había mojado la mitad. Me sigo recriminando, y pienso que el libro me estará diciendo “Tanto amor y no me supiste cuidar”. 


Prometo que no pasará de nuevo.


Es todo.


#EsdrasCamacho


27/04/2024


miércoles, abril 23, 2025

El poeta es melancólico

 

Estábamos almorzando mis hijos, mi hermana, mi madre y yo. Yo le hablé de uno de mis tíos que había encontrado en la mañana, ofreciendo un resumen de la plática breve que había sostenido con él.  No di detalles solo lo esencial. Mi mamá mencionó que ella tuvo dos medios hermanos, uno de ellos el fallecido, leía poesía, dijo tres o cuatro cosas más de las que me desconecté, pero... ¡leía poesía!

 

Lo imagino distraído, introvertido, triste. [Desadaptado]. Así como dicen algunos que a veces, casi siempre soy.  

 

Leí los 4 tipos de personalidades, de acuerdo al humor: el colérico, el melancólico, el sanguíneo y el flemático. El colérico se caracteriza por ser enérgico e impulsivo, mientras que el melancólico es más reservado, analítico y puede ser propenso a la tristeza. El sanguíneo es extrovertido y sociable, y el flemático es calmado y paciente.

 

No sé si a todos les pasa que tienen combinaciones de uno y otro, pero predomina un rasgo sobre el otro, entonces allí se va uno conformando. El poeta es melancólico, por eso se lleva muy bien con el arte.

 

El melancólico se comprende a si mismo.

 

El cantautor Silvio Rodríguez lo expresa así en una copla de su tema OH MELANCOLÍA: “Oh melancolía, novia silenciosa/Íntima pareja del ayer/Oh melancolía, amante dichosa/Siempre me arrebata tu placer/Oh melancolía, señora del tiempo/Beso que retorna como el mar/Oh melancolía, rosa del aliento/Dime quién me puede amar”.

 

 Y ¿Con quien se lleva bien el melancólico?

 

Con sus iguales ¿no? Los idealistas, los que de pronto mediante un impulso de amor se extasían, están su elemento, resplandecen. Los silenciosos, los que se entusiasman con lo raro, lo inexplicable, lo inalcanzable, lo utópico, lo inexistente.

 

Le atraen palabras como arrebato, espíritu, magia, misterio, retorno, sombra, fantasía, niebla, bruma, eternidad, espejo, invierno, celeste, blancura, memoria, silencio, alma, viento, tierra, soledad, sueño, destino.

 

Si encuentra un poeta en su familia, sea empático, respete su soledad. Son personas con una sensibilidad extraordinaria.

 

 El mundo terrenal es tan bonito y tan pequeño, que es una lástima no alargarlo con el arte, la magia, la poesía y otras cosas raras [como el amor].

 

¿Qué es lo que busca el melancólico? Lo que todos buscan.

 

Que nos quieran.

 

#EsdrasCamacho

 


viernes, abril 18, 2025

La piratería IA

Es muy posible es muy probable, podría estar pasando. 


Investigaciones periodísticas del mundo del espectáculo en nuestro país han revelado más de doce agrupaciones artísticas con el mismo nombre, me refiero a la Sonora Dinamita, fundada en Cartagena de Indias, Colombia en 1960 que en los festivales y ferias de pueblo presentan su show, al mismo tiempo, (porque al fallecer el fundador, se originaron muchas replicas con la misma estructura y nombres similares). 


Lo mismo con los Cadetes de Linares de Monterrey Nuevo León, fundado por Homero Guerrero y Guadalupe Tijerina en 1960 quienes tienen al menos una treintena de agrupaciones que dicen ser los originales y van de ciudad en ciudad presentando espectáculos de gran impacto. 


¿Porqué y cómo ocurre esto?


La divulgación de los éxitos derivados de su comercialización y exposición en medios masivos, le han generado cientos y miles de adeptos que le son devotos, estar o ver a su artista en vivo se convierte en una gratificación. Sobre todo, en las poblaciones rurales, es ahí donde ocurre el fenómeno “no es lo mismo, pero es igual”, como con los medicamentos de farmacias de genéricos. 


Lo mismo con los espectáculos de lucha libre con enmascarados, donde los promotores aseguraban que Rayo de Jalisco Junior o el Santo se presentarían en un improvisado ring ante cientos de espectadores expectantes. “No importa que lo sean, lo que importa es que haya Madrazos”. Y como usan máscaras, asi puede ser cualquiera, mientras que use la máscara será el Mil Máscaras, Rey misterio y Blue Demon. 


Yo he asistido a show de imitadores, y en verdad son profesionales. La energía que emanan es real, las emociones que generan son reales, eso es lo importante. El resultado. 

En estos tiempos donde la Inteligencia Artificial se ha incorporado a la canasta básica de consumo digital. Si quieres puedes cantar a dúo con cualquiera de tus artistas preferidos, incluso puede tu artista cantar una composición tuya, aunque el artista en mención lleve ya algún tiempo fallecido. 


Ha pasado con José José, Joan Sebastian, Juan Gabriel, Yeni Rivera, que siguen sacando temas musicales inéditos, como si aun viviesen. Sabemos que descansan en paz, pero en la industria musical siguen dando guerra, éxitos y dinero. 


En el año 2022 el grupo ABBA con más de 40 años de existencia, dieron un concierto de una hora y media a través de hologramas. No son ellos en carne y hueso los que estaban en escenario, sino cuatro Abbatars que los representan con sus vestimentas y rostros de la década de los setenta.


Este es nuestro actual futuro. 


Siendo así, a que artista te gustaría ver actuando, aunque sea una representación “pirata” en holograma del original. 


¿Valdrá la pena asistir a un concierto así?  ¿No importa que sean piratas IA?



miércoles, abril 16, 2025

Lo Smart y yo.

Desde aquellos días del Biper, la gente portaba colgado en su cinturón y lo revisaba a cada instante por si se le había olvidado sonar. Lo mismo ocurrió con los mensajes de texto en los celulares, se checaba cada minuto por si había llegado de manera silenciosa.

 

algunos se lo ponían en la oreja y hacían como que estaban ocupados para que no fueran abordados por los demás, moviéndose del lugar, aunque no tuvieran batería.

 

Adquirí mi primer celular en el año dos mil. Un compañero quería cambiar de modelo y necesitaba deshacerse de él, hizo su labor de persuasión y se lo compré. Lo tuve algún par de años. Creo que puedo hacer una lista de solamente 5 o 6 modelos distintos de esa ocasión a la fecha, o sea cambio de celular una vez cada cinco años. 

 

Como cavernícola he ido incorporándome a las apps, a un principio con desconfianza y otras como cliente frecuente. Hay aplicaciones que enriquecen la experiencia lúdica, ofrecen datos de interés para las profesiones, solucionan ecuaciones, crean rutinas para ser productivo, te advierte, señalan y mencionan zonas de tráfico intenso, niveles de azúcar, latidos, etcétera.

 

Mi hermana mayor, me habló de tener Spotify, y yo me había negado a conocerle. —¿Para qué? —Para que cuando te vayas a la montaña puedas seguir oyendo tu música—Cuando me voy a la montaña escucho la música de la montaña, quiero desconectarme—Ok, no pues.

 

Pero al final si la instalé y ahora soy fan del Spotify, entre otras.

 

No puedo decir que es un mundo aparte. Es el mundo real.

 

La gente consulta todo en el celular Smart. Sus cuentas bancarias, el clima, las cerraduras del hogar. Ya todo es Bluetooth, pulseras, teclados, ratones, audífonos. Y luego se sorprenden cuando en sus pantallas aparece un mensaje en lo que estabas pensando y dicen “¿Cómo pudo pasar… ya me dio miedo”?

 

Aunque se nos diga explícitamente como en las etiquetas de los cigarrillos y bebidas alcohólicas, “el uso excesivo de este producto puede ser dañino para su salud”, da igual, pensamos, soñamos, vivimos, jugamos en la conexión WIFI.

 

Insisto ya no es la emulación de la realidad, es lo real.

 

El otro día, pasaba un rato en la habitación de una chica millenial. El clima era invernal y yo estaba a punto de acostarme; ella dijo, “Alexa cierra las cortinas”, y yo volteé a ver quien lo iba a hacer, mágicamente se cerraron. “Pon mi lista de reproducción para concentración” y la música empezó a sonar en la bocina. “Aspiradora automática, limpia el suelo” debajo de la cama salió un objeto en forma de disco, cumpliendo la orden.

—¿Quieres probar me dijo?

—De acuerdo

—Di algo

—Alexa ponme la cobija…

—_Busqué la cobija en la biblioteca de música, pero no encontré “ponme la cobija”_ respondió el artefacto.

—¡Ahí está pues la falsedad! Dije.

 

#EsdrasCamacho


viernes, abril 11, 2025

Yo a usted lo conozco

 Me asomé a la papelería a las 5 de la tarde, era un momento tranquilo. Ella desatendió sus cuentas, para ponerse interesada frente a mí, yo conté vicisitudes ordinarias de mi experiencia en otros lados, anécdotas ocurrentes. Su esposo llegó y se unió a la conversación. Yo seguí contando de los pros y los contras de mi trabajo, exagerando los pros, y minimizando los contras. 


La señora realmente estaba fascinada y si quería renovar el contrato, yo lo sentía ya en mi bolsa, eso me traería un 20 por ciento del total y mejoraría mis ingresos. 


Me habían contado que le caía yo bien.  Había hecho referencias positivas de mí. Yo agradecía, pero ignoraba ¿Qué había yo hecho para caerle bien?, solo mi trabajo. 


Había estado haciendo labor de productor, locutor y publicista en una estación de radio independiente. Yo traía experiencia de una estación de radio más grande en una ciudad más grande, eso me permitía innovar en el trabajo.  


Desde que volví a esta ciudad era yo otro, partí adolescente y volví adulto. Conocía la ciudad, pero la audiencia no me conocía a mí. 


—Le envío saludos la Señora de la papelería, que siempre está atenta a la programación de la radio, sobre todo cuando usted está en cabina. Me informó el gerente. 


El comentario podía interpretarse como “Ella está interesada en algo más” o simplemente “es una entusiasta de la radio como cualquiera”. 


Dejé pasar los comentarios por muy elocuentes que fueran. Tenía la firme convicción de no meter mis narices en ningún asunto que no fuera propiamente laboral. En la ciudad era más conocido, no me convenía que mi reputación cayera. No es lo mismo hacer locuras fuera que dentro de tu ciudad de origen. Yo tenía que portarme bien, moralmente.


El jefe inmediato me asignó que fuera a visitarla, para renovar su contrato de publicidad —De paso se conocen y a ver que pasa. Dijo. 


—¡Que va a pasar nada!, le traeré ese contrato renovado. 


La conversación giró a temas personales, y entonces supe que era el momento de partir, pero había que llevarme el contrato firmado y el dinero adelantado.


—Yo a usted lo conozco. Dijo


Ameritaba que yo le diera importancia a la frase, y dudé si era cierto lo que decía o solo estaba intentando alargar la conversación sin motivo. 


—No me diga

—Si, ¿no se acuerda?

[…]

—Acuérdese. 


Vuelta a hablar conmigo mismo y el resultado fue «Negativo 10-4 no hay indicios de conocimientos entre ella y tu»


—Usted y yo estudiamos juntos. 


Empecé a hacer memoria de las clases que había yo tomado en toda mi vida incluyendo las de corte y confección. 


—Pues no. 

—En la Escuela de Computación. 


«mmmm loading…..loading…. mmmmmh»—Ah sí, no me acuerdo, hace ya tanto tiempo (si habían pasado algunos añitos).  


—No me acuerdo de esa época, ¿esa escuela estuvo en el barrio La misión, verdad?

—Si, ¿ya se acordó?

—No, viera, pero me acuerdo que en esa escuela había una niña que como me chingaba, yo, o ella o ambos nos caíamos mal, ella me hacía cara de fuchi, cada que me veía, y me tenía hasta el cogote de su mal comportamiento, era una muchachita jodona sin igual, solo poniendo apodos se la pasaba, yo no sé qué se traía …flaquita flaquita, su papá era chofer, ella se llamaba Natalia. 


—Soy yo. Dijo. 


Yo no lo podía creer. Cómo había cambiado tanto y supe también porque decía que me conocía. 

—Ah, pero ya no somos esa verdad. 

—Si, ya no somos esos, lamentablemente. Dijo

—Yo creo que, por buena suerte, ya no son esos tiempos. 


Me firmó el contrato, me pagó la mensualidad, y salí de ahí con una sonrisa nerviosa. Desde entonces, aunque me insistan, digo que no me acuerdo de nada, ni de nadie. 


Consulté mi reloj, era justo la hora del café de las 6:00 pm. Me di prisa.  


#EsdrasCamacho


martes, abril 08, 2025

No mames, tengo la vida que soñé.

 No mames, tengo la vida que soñé. 
Aunque siendo honesto no soñé ninguna. ¡Nadie a los veinte y veintetantos puede ver más allá del momento que respira!. 

No me ilusionaba ningún año después de los 24, mi mejor momento. Esa en que nada es imposible, es el más bello círculo vicioso… pero volviendo al tema, tengo la vida que soñé. ¿Cuál?, esa sin complicaciones. 


En una entrevista con una persona mayor, me reveló cual era el miedo que tenía, no era la muerte, era el sufrimiento, soy muy sensible al dolor, no quisiera estar padeciéndolo, eso me dijo una persona de 81, cuando yo rondaba los 27. 


¿Quién va a desear el sufrimiento?... solo los santos. 


¿Cuál era mi anhelo? Ninguno. Solo cotorrear. Jaja ¿y después descansar para volver a cotorrear? Eso de madurar y sentar la cabeza, estaba lejano.  El cielo podía esperar. 


Ya en serio, que me cuesta trabajo aún ponerme así, quería yo lo suficiente, lo bueno, lo limpio. El método era ofrecer disciplina, perseverancia, esfuerzo. Dar lo que esperas recibir. ¿y que tenía yo para dar, ¡Muchas cosas wow!, jaja, no sí, no bueno si. Dar un corazón sencillo, unas manos limpias, un entusiasmo y mis neuronas, ese era mi capital, y que recibí. Primero los amigos, luego el trabajo, luego el matrimonio, los hijos y la oportunidad de agradecer eso siempre. 


Saludo y me saludan, me aprecian y aprecio, ayudo y me ayudan, sonrío y la vida me sonríe. No sé si soy monedita de oro, pero algún valor he de tener. 
Examinando tengo lo que merezco. 


Yo pedía una compañera de vida, sencilla, trabajadora, positiva, sensible, y eso se me concedió en Vicky, ya son diecialgo de años juntos. El otro día conversaba con ella, y le dije que nunca me gustó pertenecer a ninguna agrupación, sociedad, cofradía, ningún pase de lista grupal, yo siempre he querido mi libertad, solo me domestico ante ti, a ti te soy leal, y ella me respondió ¡y yo te dejo ser libre!. 
Amo despertar y que me uno de mis hijos me llame a comer, otro me sirva y todos me abracen, por la mañana, me despiden y reciben con amor. Amo estar llevándolos, enseñándoles a apreciar y agradecer la belleza del mundo. Porque en lo que te enfocas, eso se expande. 


Puedo trabajar y trabajo, puedo escribir y escribo, puedo leer y leo puedo caminar y camino, puedo saborear y saboreo, puedo amar y amo. Me digo que lo que se busca se encuentra, lo que se pide se te concede y lo mejor llega a tu vida, si te lo mereces. 

Me agrada que los que me rodean sean educados, agradecidos, y trabajadores, yo me alejo de aquellos que no lo son, me agrada que ven y hacen la cosas con amor, eso es todo.


 Me enfoco en eso y eso se expande. 


#EsdrasCamacho

08/04/2025


lunes, abril 07, 2025

Ya lo veía venir

 


Me asomo a las afueras de mi habitación y me sorprende una fina llovizna, la sensación es bella, mágica, podría quedarme más tiempo sintiéndola. Imaginando que la lluvia bendice, que es un alma que nos viene a visitar y se alegra de encontrarnos, nos canta una indescifrable melodía que nos pone de buen humor.

 

El aroma que genera la lluvia cuando comienza es delicioso. El aroma es el regalo, la promesa anticipada de un orgasmo.

 

Vuelvo a mi habitación con esa sensación de regocijo, es auténtica, es real según yo.

 

Enciendo el computador y la primera noticia que me presenta el Facebook es un supuesto filosofo de procedencia koreana, que no existe y sin embargo ha sido citado por afamados científicos sociales, revelándose como un Focault moderno. La nota periodística expresa los siguientes datos: No hay estadísticas fiables sobre cuántos libros se han publicado que hayan sido escritos total o parcialmente con IA, pero si hace un año Amazon limitó a tres los que un autor puede subir diariamente a la plataforma (más de 1000 al año) podemos deducir que se trata de cientos de miles, sino de millones.

 

Escribe Jorge Carrión desde Barcelona y lo publica el periódico Digital “La Vanguardia” el 6 de abril de 2025: Ha sido el primer gran fake de una nueva época. Remata

 

El revuelo que desata la noticia es de sorpresa, indignación, decepción. A mi no me sorprende.

 

¿Qué otras cosas vendrán?

 

Mi actitud no es de indiferencia, es de estoicismo.

Ya lo veía venir. Desde aquellas supuestas granjas de Facebook, y la realidad aumentada en la que puedes vivir desde tu cómodo sillón, experiencias simuladas de alegría y pasión por senderos artificiales paradisiacos.

 

Cuando la tecnología, te dice pídeme que imagine cualquier cosa y lo presentaré, y algunas páginas ofrecen las maravillas recreativas de simulación que tu avatar abrazas a tu artista favorito o a algún familiar muerto, esa satisfacción, sin duda te hace feliz, pero te factura.

 

Bebo mi primer café matutino y pienso: ya lo veía venir.

 

Me río y programo desde mi confortable asiento: Comfortably Numb.

I hear you're feeling down / Well, I can ease your pain/And get you on your feet again

 

(Escuché que te sientes mal, Bueno, puedo calmar tu dolor. Y hacer que te levantes de nuevo

Relax (relax, relax, relax) Primero, necesitaré algo de información)

 

domingo, abril 06, 2025

Solo a mi se me ocurre

 Tener un vicio es una persecución de la muerte y no hay que andarle tronando los dedos a tan respetuosa dama. 


Ordenar las cosas por categorías, cruzar los dedos, Santiguarse, pisar líneas determinadas del suelo al caminar, comenzar a subir una escalera o entrar en algún lugar con el mismo pie, son manías que reflejan un estrés controlado.


Pero el adicto es que depende para su estabilidad emocional, sustancias tóxicas, las mas comunes, el cigarrillo y el alcohol.  Todos conocemos a casos de los que asumen la adicción con convicción, resignación y devoción. Claro, un vicio cualquiera es un placer, lo malo son las consecuencias. 


En la mitología griega y romana, los marineros que escuchaban el canto de las sirenas se desviaban de su rumbo y se estrellaban contra las rocas, muriendo, eso mismo me parece ocurre con todos los placeres cuando se vuelven adictivos. 


Que tristeza y que alegría ser presa de una adicción, tener grilletes en el alma y no sacudírselos, no liberarse. 


El deterioro de la razón, la fragilidad de las emociones, el cansancio, el desgano son algunos de los síntomas de la abstinencia, por eso algunos prefieren no intentar abandonar nunca la adicción. 


Ejerzo benevolencia conmigo mismo, con mis manías. 


Una de ellas la procrastinación, pero no siempre procrastino. Van saliendo algunos proyectos, lo malo es que no se involucra en distintas tareas y luego hay que filtrarlas, pasarlas por un conducto de embudo estrecho, para saber con cuales puedes y con cuales no. 


Tuve colecciones enormes de casetes y discos compactos. Los clasificaba por género, fui melómano medianamente, ahora estoy en receso, termino medio, no en extremo, lo mismo con las películas, con los libros, y con todo. Ninguna de mis manías son un trastorno. 



A veces dejo libros inconclusos, porque se me extravían, soy distraído, a veces olvido donde los dejo. Tengo televisión, pero casi nunca veo los canales que nos ofrecen. 


Paso mucho tiempo en la computadora, se ha convertido en mi BlackBerry, desde acá monitoreo las redes sociales, leo textos literarios, (informativos casi no), entrevistas, películas, escucho música, converso ocasionalmente con amigos lejanos… y ahora estoy haciendo dos cursos de DOMESTIKA, increíbles, pero como no es fuerza que asista a clases, los tengo desde principios de año y no los he concluido. 


No creo que sea una adicción… ¡Aunque el primer síntoma es negarlo! 


Caramba. Solo a mí se me ocurre. 


jueves, abril 03, 2025

Hay demasiado talento desperdiciado


Se puede ser talentoso en cosas inimaginables. La variedad de talentos es infinita. 


Poseer un talento o dominar una habilidad puede deberse a la genética, o ¿no?. 


¿Cómo se descubre?


Practicando.  A través de los juegos, de las repeticiones, de los retos y experimentos.  


Algunas veces un mentor lo descubre, otras veces tal habilidad o gracia para algo es señalado como defecto. El que tiene talento para decir mentiras y provoca que se rían en la familia, (A un principio). Los que tienen puntería, los que corren con mayor velocidad, los que trepan árboles, los que le entienden a las matemáticas, los que aprenden a nadar a la primera, los que imitan voces, los que ganan apuestas. 


Hay demasiado talento desperdiciado, cuantos hombres y mujeres con una gran habilidad están en la sombra, en el anonimato, por falta de ayuda, motivación o ambición. Una persona talentosa posee una riqueza, aunque no esté en el lugar indicado. O, ¿sí? 


Los dichos de los mayores repetían “Hay quien nace con estrella y otros estrellados”, “Hijo de tigre pintito”, “De tal palo, tal astilla”. Pero no son ciertos a cabalidad. Hay hijos que rompen con los patrones de conducta esperados. Inician una ruta distinta. Papás campesinos procrean hijos músicos, papás comerciantes, procrean hijos escritores, músicos, pintores, etcétera. Al indagar de donde procede ese talento se topan con el misterio. 


Una de las películas que me entretuvo y me enseñó mucho sobre los secretos talentos fue la de “QUISIERA SER MILLONARIO”, 2008 Reino Unido Reino Unido director: Danny Boyle, Loveleen Tandan. Rescato la evidencia de cómo las adversidades pueden convertirse en herramientas para destacar. 

 

Un programa de televisión premia al que sepa las respuestas a interrogantes sobre cultura general. Jamal está a punto de ganar, pero los directivos del programa sospechan que está haciendo fraude ya que un porcentaje de gente con estudios universitarios y de posgrado han fallado, y él sin ninguna preparación complementaria acierta en la totalidad de cuestionamientos. 


Su capacidad y talento no la obtuvo mediante la herencia, ni mediante aprendizaje escolar, lo obtuvo a través de esas experiencias traumáticas que le llevaron a sobresalir, a tener la solución. La trama (irreal o no) refleja lo que nos construye, todos los elementos que estamos “aprendiendo” con los sentidos desde que nacemos, nos define. 


Podemos tener uno o varios talentos, podemos desarrollarlos con velocidad o con lentitud. Hay talentos que están esperando una situación al para aflorar, hay que ir por ellos. Saber cuales son y dominarlos nos hará bien a nosotros y a los demás, los talentos son para compartirlos. 


¿Quiere saber cuáles tiene?


Búsquelos, ¿Cómo los encontrará?


Buscándolos. 


¿Dónde buscar? en uno mismo. 



#EsdrasCamacho 

03/04/2025


martes, abril 01, 2025

Cabralidades

  


De cuando en cuando me gusta escuchar a Facundo Cabral, su soberbia intelectual es de una sencillez diáfana.

 

Si predica, si moraliza, pero también te deja en la oportunidad de hacer lo que quieras, porque aunque se pone como ejemplo, también sabe quitarse a tiempo.

 

Nunca estuve en sus conciertos, sé que estuvo en Tuxtla Gutiérrez, no sé cuantas veces puede ser que haya sido solo una, pero recuerdo que se presentó con Alberto Cortez en no sé que espectáculo, creo “cabralidades”.

 

“No soy de aquí, ni soy de allá” o “Este es un nuevo día” son dos de los temas más recordados, pero tiene otros temas fantásticos, en todas sus melodías, habla de la felicidad, de la libertad, de la espiritualidad, y del agradecimiento a un ser supremo.

 

Uno escucha a Facundo y no puedes ser indiferente a menos que tengas que se tenga una negación rotunda a la vida.

 

En uno de sus múltiples monólogos, dice: “Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la Tierra es tan corto, que sufrir es una pérdida de tiempo. Además, el universo siempre está dispuesto a complacernos, por eso estamos rodeados de buenas noticias. Cada mañana es una buena noticia. Cada niño que nace es una buena noticia, cada cantor es una buena noticia, porque cada cantor es un soldado menos, por eso hay que cuidarse del que no canta, porque algo esconde.”

 

Hay que escuchar a Facundo despojado de prejuicios, con el espíritu sereno, dispuesto a encontrarse frente a un hombre que ha sufrido y ha gozado en iguales circunstancias que cualquiera, pero que ha cosechado reverendas epifanías de cada uno de sus yerros y tropiezos, y los comparte al que esté preparado para oírlo, porque siempre es cierto: “Cuando el alumno está preparado, aparece el maestro”.

 

El estudio de la historia nos habla de “Juglares” en la edad media que divulgaban noticias, y compartían narraciones, al tiempo de hacer malabares para entretener a su público, usando siempre un lenguaje vulgar para conectar pronto con la mayoría. Los juglares no siempre han sido bien vistos, por eso ya casi no hay, por promover el pensamiento crítico, tan ausente y tan peligroso siempre.   

 

Facundo interpretaba folk, balada, música de protesta, esa que aborda temas como la opresión, la corrupción, los derechos humanos y las luchas de los sectores marginados.

 

Juglares como Facundo, no siempre han sido bien vistos por las clases altas por hacer sorna de las mismas, se les desdeña por su habilidad de informar y entusiasmar a las masas, provocando el pensamiento crítico.

 

Recomiendo: "Este es un nuevo día”, “Levántate y anda", "Pobre de mí patrón”, “No estás deprimido, estás distraído".

 

Hágale un espacio en su playlist. Facundo nos aterriza y nos eleva constantemente y  lo mejor…se ha quedado siempre presente como el Dinosaurio cuando se despierta.

 

Si ya lo escuchaste platícamelo, y si no, anímate, y me lo cuentas.

 

 

#EsdrasCamacho

01/04/2025

 

 

viernes, marzo 28, 2025

Salud Maux

 


Otra de las personas con las que tengo plática para concluir y empezar mil ocho mil mundos es Maria Auxilio. Maux. 


Hace décadas mientras cursaba la licenciatura en Ciencias de la Comunicación en la UNACH llegábamos al teatro de la ciudad los estudiantes de la universidad y hacíamos antesala en los escalones, mientras iniciaban las funciones de la muestra internacional de cine, ella llegaba sola o acompañada, pero al instante ya tenía con quien hablar del contexto o del Director, de la escenografía, de la temática de la película. Yo no me acercaba porque estaba en mis propias ondas. 


Ya como profesor de asignatura en la Universidad del Valle de México en Tuxtla, coincidimos de forma azarosa en la sala de computación, así como si me conociese me hizo la advertencia de que vacunara mi USB, después de usar alguna de esas computadoras. 


Nos hicimos amigos y nos hemos acompañarnos, algunas veces de manera telefónica en una charla que pretende solo ser un saludo sencillo y se extiende platicando de cosas en común como procrastinadores profesionales. 


Yo iba a su casa a leer ediciones recientes o atrasadas de periódicos como El País de España y Le Monde Diplomatique de Francia, al tiempo de oír jazz, blues y rock. Me gusta su charla porque, aunque es de un amplio bagaje cultural lo tropicaliza para hacerlo entendible a cualquiera. 


Ha presentado distintas exposiciones fotográficas en el estado, en el país y en el extranjero. Le he visto pocas, pero las pocas fotografías que le he visto, me han dejado impresionadísimo.  


Conozco alguna de sus facetas, no ha habido suficiente tiempo para conocer las demás. Sabe de Sociología, psicología, filosofía, poesía, fotografía, medicina ancestral, yoga y quien sabe cuantas cosas más. Gracias a ella he descubierto excelentes intérpretes, grandes autores, magnificas películas. 


Me ha compartido y he aprendido a entender su sentido de la amistad más allá de las simples expresiones retóricas, una amistad es empatía y atención, tan difícil en estos tiempos.



No nos habíamos visto, hace días estuve en San Cristóbal y nos pusimos al día. Tuvimos oportunidad de desayunar en su domicilio, hacer un paseo a un parque temático, una cafetería temática, una antesala en el parque central y la deliciosa comida asiática con dos o tres kombuchas. 


Sigue siendo leal a ella misma, sigue siendo la que traté hace dos décadas. Una artista apasionada, critica, rebelde, propositiva, humana, generosa y alegre. 


Hoy le llamé, conversamos unos minutos, me hizo sugerencia de algunas películas que ha visto, me ha puesto al corriente de sus proyectos, concluimos y al colgar, me di cuenta que hacía falta que siguiéramos hablando más, había muchísimo más que contarnos. 


Será Pronto. 


#EsdrasCamacho 




domingo, marzo 23, 2025

Parece que va a llover

 

Parece que va a llover

 

Habían hecho una exploración fotográfica durante la mañana, era hora de volver, cada uno en su motocicleta. La carretera era blanca…no amarilla… no anaranjada. ¡Si! anaranjada como los lentes que llevaba Joaquín.

 

Era mediodía y habían gastado las pilas de sus cámaras fotográficas.  

 

Joaquín sintió sed, pero no dijo nada, se lamió los labios y encontró el sabor a sardina de lata que habían comido recientemente.

 

Algunas veces se adelantaba Eduardo y otras Joaquín, pero siempre estaban buscando coincidir., como los actores en la película aquella donde cantan “Parece que va a llover, el cielo se está nublando…”. Pero no, no iba a llover, el sol caía a plomo.  

 

En los oídos de Joaquín se había tatuado una música extraña, era una música de fondo proveniente de algún lugar. Vio las montañas y al instante escuchó que Eduardo dijo, —Estas montañas he recorrido yo con mi moto, una carabela 110, de los años ochenta. Me da gusto que nos estemos acompañando ahora en este 2025. Hicieron un alto, se dieron la mano y continuaron.

 

—En cuanto lleguemos nos tomamos un refresco. Pronunció Eduardo.

 

«¿Qué cambios habrán tenido estas montañas en cuarenta años?» pensó y la música se intensificó. Eran violines, le estaba comunicando paz y por momentos ansiedad.  ¿Se preguntó que pasaría si en vez de acelerar con la mano acelerara con los pies?, ¿Habrá motos en las que se aceleren con el pie, como las motos acuáticas? Al instante recobró conciencia, había transcurrido uno o dos kilómetros sin estar consciente, las ruedas estaban girando, había estado haciendo los cambios adecuados, iba y no iba, estaba atento y a ratos ausente al camino.

 

«¿Por qué me estoy desconcentrando?», pensó. La música cambió de ritmo y se acordó de aquellos años en que tuvo tres amores a un mismo tiempo y a riesgo de convertirse en cuatro, solo que el último no alcanzó la importancia. Imaginó la pantalla dividida en cuatro extremos, izquierdo superior, derecho superior, izquierdo inferior, izquierdo inferior. En uno de ellos estaba Fanny que le había dicho, voy a esperarte siempre, tu siempre serás mi papito, así le decía, decirle papito era una señal de amor erótico. En otro cuadro, vio a Marisa con sus pelambres rubios de espalda sobre una embarcación el horizonte se acercaba en un zoom, le hablo diciéndole, “Qué bueno que no te fuiste”, pero si se había ido, no se había quedado con ella, hacía tiempo que habían concluido su relación sentimental. En el otro cuadro, los papás de Angie, le estaban diciendo “si es tu elección quédate con él, pero que se haga responsable, el asunto es mediante matrimonio”, y en el último estaba él llegando a una ciudad sin saber a quién de las tres ir a ver primero.

 

Pero nada de eso era real. Él seguía sobre la moto conduciendo con extraña estabilidad, pensando «¿Por qué es necesario la cadena pensó, podría darse la ocasión que fluyese y las ruedas rodasen solo con la energía del pensamiento»?

 

Encontró a Eduardo a una distancia cercana, se detuvo. Levantó el visor de su casco para escucharle.

 —¿Qué tal estuvo el viaje?

 —¡Alucinante!

 

Descendió de la moto y la música cesó por un momento.  Caminaron juntos a la refresquería.

 

#EsdrasCamacho

23/03/2025

jueves, marzo 20, 2025

No te acordabas

 


No era para siempre eso hoy lo tienes claro. Piensas cuando te ves convertido en mayor. ¿Me ves de repente algunas veces?... ¿Qué piensas? ¿Cómo te me imaginas?

 

Aquellas tardes en las que te pasabas viendo el techo, mientras las luces de la tarde  proyectadas desde la ventana, evolucionaban de amarillas, naranjas, celestes, purpuras, azules y negras, mientras ocasionalmente llegaba la lluvia y era el escenario perfecto, tú con los brazos en cruz sobre tu cama, oyendo “Rides of the storm”.

 

Tuviste veintiuno, luego llegaron los veintitrés, los veintisiete, los treinta y tres y los cuarenta están pasando muy bien. Alivianado ¿verdad?

 

Debo reconocerte, decir que te han salido bien las cosas, que me estás dando una lección a mí, tu yo de joven, ese que no veía con nitidez tu futuro, ni el de nadie.

 

Si, nihilista te queda muy bien, no anarquista, más que creer que hay algo injusto, es mejor no creer en nada. Por Dios, cuanta imprudencia, cuanta inconformidad, cuanta desobediencia.

 

¿No te acordabas?

 

Quisiera decir que te costó hacer amigos, pero no es cierto, tienes varios y muy buenos. Pero en aquellos días, tu mirada lapidaria cercenaba de raíz los hipócritas, los cretinos, si es cierto te golpeaste algunas veces, pero accidentalmente, porque vivir es estar en un eterno trampolín, algunas veces logras hacer una pirueta circense que merece los aplausos y otras sales volando al vacío.

  

Eras retador, insoportable. Elegiste de todos los caminos el más espinudo, que manía esa de elegir lo insospechado. “no quiero cometer los mismos errores de todos” pronunciaste con soberbia, y tu interlocutora te aterrizó diciendo —No quieres cometer los mismos errores de los demás. Quieres cometer otros. —Sí, así mismo.

 

Tu falta de visión, ambición, tu falta de disciplina, tu personalidad sinvergüenza. Cuantos desencuentros te hubieses ahorrado, con un tantito de mesura y prudencia. Te gustaba decir de ti mismo que eras un caballo desbocado y solo la soledad te daría sosiego… y ciertamente así fue.

 

Aquella frase que alguien pronunció diciendo “la juventud es una enfermedad que se cura con el tiempo”. Déjame decirte hoy, ¡Cuanta salud tienes!

 

¡No sé cómo lo hiciste!, pero te salieron bien las cosas. ¡Eres lo mejor que te ha pasado!

 

Seguramente es satisfacción lo que experimentas hoy al verte a ti mismo convertido en ese que ves. Quizás seas mayor.

 

Quizás tengas futuro que contar.