[Odiseas Posmodernas]
Desde que conozco un portal web de venta de libros en línea he comprado una seisena, que me han llegado desde distintas partes del mundo, Nueva York, España, Colombia entre otros. Son libros nuevos, llegan a tu domicilio, puntuales.
Recientemente he comprado uno de Mary Oliver, donde habla de sus maneras de crear y componer poesía, El camino del escritor de Julias Cameron, Los Niños del Borgo Vecchio de Giouse Calasiura, la biografía de Woody Allen, el ardor en la Sangre de Irene Irène Némirovsky, entre otros.
Cuando tengo el libro en mis manos, casi casi le hablo diciéndole bienvenido, pasa, ensíllate. Y el libro es como un recién nacido que me mira con sus ojitos entrecerrados y su cuerpecito enternecido, como diciendo, ¿Será este mi ser amado? Y, yo entendiendo eso digo ¡Si! Vamos a llevarnos muy bien, tu y yo.
Cargo con uno, dos o tres, en una maleta aparte, una maleta para mi ropa y otra para mis libros. Me gusta que se acompañen (los libros), como si fueran una familia…no vaya a ser que no se acostumbren pronto a mí, o que se sientan abandonados.
A veces, por descuido no abro la maleta de libros, porque me devoran actividades distintas pero siempre estoy buscando oportunidad para abrir la maleta y llevarme a todas partes uno.
También he comprado en Botaderos a veces económicos, a veces no, me encontré con uno nuevo de los poemas de Jhony Cash, pagué por él como si estuviese en la Boutique, pero valió la pena, es un libro donde puede verse los borradores inéditos de sus canciones, y algunos poemas sueltos estremecedores.
Cuando tengo un libro siento que me he sacado la lotería.
Tengo un libro descuajeringado que adquirí en un estante de un pasillo en el mercado 5 de mayo de Tuxtla Gutiérrez, allí a un lado del camarón seco y pescado seco, en un local que ofrecía conservas y curtidos, el contenido, el título y el ejemplar es hermoso, se llama “El Otoño recorre las islas” de José Carlos Becerra. Desde ese día, ha estado a salvo conmigo.
Yo leo como si no quisiera que se acabara lo que leo. Leo y saboreo lentamente las emociones que me genera, deseando se prolongue en mis neuronas, que se tatúen esas imágenes. Sé que quiero lo que quiero, y no es sencillo de explicar, solo aquel que ame tanto leer me comprenderá.
Este jueves por la noche cayó una tormenta espantosa en el soconusco, yo iba a mudarme de lugar y anduve cargando cachivaches, saqué de la maleta el libro que he estado leyendo “10 viajes. La nueva realidad de las drogas psicodélicas” de Andy Mitchell y se me cayó en un charco agua, lo vi, reclamar mi descuido, pedirme auxilio, lo levanté, pero el mal ya estaba hecho, el agua había mojado la mitad. Me sigo recriminando, y pienso que el libro me estará diciendo “Tanto amor y no me supiste cuidar”.
Prometo que no pasará de nuevo.
Es todo.
#EsdrasCamacho
27/04/2024
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