Soy la melodía que te afanas en olvidar
Saciaste el instinto
El dinero actuó a tu conveniencia
Sobre ti
el tiempo
dio consuelo
a ratos/ y a saltos.
Ciego de razón te reconoces feliz
No dejo de manar aún a pesar de ti.
Que necedad ser del montón
Si volvieras
ciencia y placer
duplicarías.
Soy la
poesía de tu corazón.
Escúchame y vuelve.
Mientras lees libros de liderazgo
estoy encima y debajo,
a tu lado
y por enmedio
Aún te espero.