¿Qué se hace en el cráter, del Volcán Tacaná?
Busco los escenarios paisajísticos que conmuevan, que
cimbren, que recuerden nuestra milagrosa existencia en un universo armonioso.
Somos en la montaña cientos de exploradores, algunos
expertos, otros eternos amateurs, que quizá, visto a la distancia desde cierta
altura, parecemos hormigas que cumplen con el ritual de estar en la cima, para
agradecer, reconciliarse consigo mismo, desintoxicarse, etcétera.
Cada cierto tiempo desde hace años he caminado al volcán
Tacaná, la mayor parte de las veces acompañado, solo una ocasión fui solo; esa
vez, no me importó que nadie tuviera tiempo, ni interés en el ascenso, fui yo,
y todas mis personalidades, que son múltiples.
Once kilómetros desde el parador Chiquihuites, comunidad de
Unión Juárez en Chiapas es la distancia que hay que recorrer, con cierta
dificultad, que es propia de la orografía del volcán. Mi ruta preferida es por
la vuelta del gato, aunque hay dos rutas más, de igual complejidad.
En dos fechas específicas al año se improvisa en el cráter
del volcán, un corredor de provisiones, con comida y renta de casas de campaña,
esas fechas son jueves y viernes santo y en días previos a navidad y antes de
año nuevo. Llama la atención que puedes pagar con pesos mexicanos o con Quetzales,
ya que el volcán pertenece a ambos países, México-Guatemala.
Antes del cráter, en Papales, puedes descansar y consumir
tus alimentos, ahí habrá que abastecerse de agua u otros víveres, en caso de
que lo necesites.
¿Qué se hace en el cráter? algunos juegan al futbol, descansan,
o van a los miradores a contemplar el atardecer, básicamente nada, descansar, platicar
entre los visitantes, filosofar, desconectarse un tanto de la civilización, estar
en paz.
Las temperaturas son entre 12 y 10 grados casi todo el
tiempo. Por lo que hay que llevar consigo ropa térmica. Se recomienda llevar agua,
ya que, debido al esfuerzo físico, la deshidratación es constante.
Ver otras atmósferas nos permite imaginar ¿qué pasaría si no
tuviese lo que tengo?, o ¿Qué pasaría si no hubiese nacido en donde nací?
En esta oportunidad, año 2023, me acompañó mi hijo mayor, él
con sus doce años, parecía venado en libertad, yo, como boxeador que va
perdiendo y le falta aún 11 rounds por resistir.
Halil, tomó con el celular casi todas las fotos, y aún no bajábamos,
cuando me prometía volver el año entrante. Pienso le he transmitido la pasión
por la belleza majestuosa de la naturaleza, y me enorgullezco.
Yo que soy lector asiduo, puedo asegurar que caminar, es
leer de alguna manera.
La experiencia del ascenso, me lo recuerda con nitidez:
somos mortales.
¿Te interesa ir al Volcán Tacaná?, contáctame, puedo guiarte o acompañarte.
