#OdiseasPosmodernas
Concierto de Gala en la Décima Feria internacional del libro
Unach – Tapachula
Esdras Camacho
Unos estudiantes “invitados a la fuerza” deseaban ingresar al
auditorio de la escuela, lugar en que una artista de la voz, interpretaría
junto con un excelso pianista un concierto de gala. Los rostros demostraban interés,
curiosidad, prisa, ingenuidad.
La lluvia que para los soconuquenses es cosa de todos los
días, me retrasó por algunos minutos, incluso ya en el estacionamiento no podía
descender por los arroyos formados, no quería que mi familia y yo pareciésemos
muñecos de papel maché a medio empezar.
Los artistas Yamel García (Soprano) y Guillermo López
Espinal (Pianista) iniciaron puntuales,
en la Décima Feria del libro (Sin libro) de la Unach en la facultad de negocios
en Tapachula. No hubo libros, no sé si
en algún corredor especial, pero allí no, y eso que diariamente durante los días
previstos para la celebración de la feria, se presentó al menos un autor a
hablar de sus proyectos realizados y en camino.
La incidencia de la lluvia me había molestado en gran
manera, pues al mal estacionarme dejé el vehículo casi raspando el repello de
un poste o columna del inmueble, y con la mortificación del retraso peor.
“Nos habían dicho que comenzaría a las 6:30 pm” dijeron los
alumnos que al igual que yo estaban a las afueras del auditorio, esperando una
oportunidad de ingresar. Les dije, en cuanto termine este tema, ingresamos
todos en fila india, “Pero nada de volver a salir, ni estar haciendo ruido
adentro” Sentencié.
Ingresamos y encontramos un lugar al fondo, indiqué a mis
hijos mayores estar atentos y en silencio, Vicky le dio al pequeño un cuadernillo
para colorear, lo que lo mantuvo entretenido todo el concierto.
Nadie imponía orden, ninguna autoridad señalaba nada, todo
era permisible. La interprete miraba con asombro y esbozaba una sonrisa cuando
los tumultos se aglomeraban para salir o para entrar. Desde mi lugar observaba unos
salían y seguían entrando, entraban y seguían saliendo.
Parecía que todos tenían algo más importante que hacer que
escuchar a la artista, conversaban alegremente entre ellos, comían takis morados
con aparente disimulo, (Pero lo comían), adentro era todo un carnaval de
sonidos y de movimientos, unos con la lap-top enfrente, sobre sus rodillas
competían en su videojuego de carrera de autos, otros iban y venían, algunos
salían, eso era una jauría.
Intentaba concentrarme
en ellos, el pianista y la interprete, los acordes exactamente combinados, Era
un verdadero festín ver y escucharlos; La base, la mesura, la velocidad, el vibrato,
los agudos, los cortes suaves, la tesitura, el Flow, ella parecía danzar con la
voz y él con sus dedos.
El repertorio correspondía a música popular mexicana, y en
específico de Chiapas, así se dejaron escuchar “Frenesí”, “Perfidia”, “Morir
por tu amor” … entre otras.
Los únicos que estaban de gala, eran los artistas, de ahí,
todos en sus propios frenesí.
Una hora después y ya sin lluvia, salimos regocijados agradecidos y esperando volver al día siguiente a otro evento de la X Feria internacional
del Libro, en la UNACH.