Un Tapachulteco por el mundo
[Odiseas Posmodernas]
Alguno de ustedes se ha hecho estas preguntas: “¿Qué está
pasando enfrente?, ¿Más allá al norte, o más al oeste, o al sur? ¿Se sentirá
igual el aire estando allá o, se sentirá así únicamente acá de este lado?, ¿Existirá
un mejor paisaje o, extrañaré este en el que ahora me encuentro?
Yo sí.
Admiro a los que viajan, los que hacen libros, los que leen,
hacen películas, pintan, moldean esculturas, construyen, danzan o componen
música. Me parece que viajar es otra de las bellas artes.
Cuando estamos estáticos estamos en un capullo, cuando nos
movemos, nos salen alas. Estas serán las que nos conduzcan a experimentar otras
sensaciones, , otros aprendizajes y otras enseñanzas. Viajar es evolucionar.
En algún momento dejamos el hogar por necesidad, por mandato
o exigencia, partimos con el dolor en pecho por la ausencia, esperando volver o
quizá no, pero esa ruptura nos provoca un dolor temporal o permanente. Pero
aquellos que viajan por turismo, o por vacaciones, están invirtiendo en su banco
interno de conocimiento. Ese “banco oculto de ideas”.
Digo que admiro a los que viajan, porque están arriesgando. Hay
un dicho que dice: “Arriesga para ganar” ¿Pero que se gana?, ¡Algo se gana! ¿O,
no se gana? También podría ser que algo se pierda, pero pensemos en ganar, a
todos nos gusta eso. Entonces el que viaja gana inspiración.
La voz del paseante es una fuente informativa de datos. Los
testimonios que nos comparte un viajero son conocimiento, una crónica o un
relato de un paseante es un documento histórico, del que cualquiera puede
abrevar para hacer ciencia, para citarlo en investigaciones sociológicas, antropológicas
o literarias.
El que lee y el que viaja, tienen igual cantidad de cosas que
contar, porque leer es viajar, pero el narrador que viaja tiene mayor
credibilidad, su narrativa es testimonial no imaginativa. Este es el gran atributo del libro que hoy nos
presenta Hernán Becerra Pino en Motozintla con su libro “Un Tapachulteco por el
mundo” editado por el Gobierno del Estado de Chiapas, a través del Consejo Estatal
para las Culturas y las Artes.
Es lectura recreativa, no académica. Son textos lúdicos, de
sus asombros, sus temores, sus alegrías. Ayer leí algunas crónicas de sus
viajes por los continentes y en algún momento subrayé un fragmento de su texto
que me gustó, porque aprendí, un dato que tomaré en cuenta, en caso de que vaya
yo a Grecia. Cito: En cualquier parte del mundo los automóviles que dan
servicio público se llaman "taxis" con sus variantes. Pero en Atenas los taxis se llaman
"metáforas" porque te llevan del centro a la periferia y viceversa.
Metáforas porque te trasladan de un lugar a otro. Interesante ¿Verdad?
La última vez que le pregunté a Hernán ¿Cuántos países conoces?,
me dijo que 120. Eso fue hace unos años, ahora ya habrá cambiado esa cifra. Les
digo algo: “Pídanle consejos, tips, trucos, recomendaciones ¿Cómo se le hace
para viajar tanto, cuanto cuesta y que es lo más importante?” ya sea que
viajemos lejos o cerca, sus recomendaciones serán válidas, porque él conoce, él
sabe, él ha ido y ha regresado con bien.
Por eso les invito a invito a leer luego a viajar y después
a escribir es ahí donde está uno de los ingredientes de la felicidad. ¿Verdad Hernán?
Gracias.
#EsdrasCamacho
11/02/2025
¿Por qué tanto miedo a perder lo que seguramente ya se ha perdido y para qué temer que se vaya lo que de todas formas debería irse? Lo cierto es, Esdras Camacho, que a veces para ganar hay que perder.
ResponderEliminarSalud.
Claro, siempre estaremos yéndonos, siempre.
EliminarSaludos!!