sábado, julio 06, 2024

¿Todo el tiempo pasado fue mejor?

 

[Odiseas Posmodernas]


Al lugar donde has sido feliz, no debieras tratar de volver, nos dice Joaquín Sabina y cualquiera puede refutar, pensando que es una frase más, alguna trivialidad, pero imaginemos. Si estamos frente a un mago y ese mago repetidas veces nos presenta el mismo truco. A un principio nos divertiría, pero ya pensaron ¿Qué pasaría cuando ya vieron lo mismo una docena de veces?.


Sin reflexionar casi siempre pronunciamos con insensatez, que sí, que todo tiempo pasado fue mejor, pero no lo es. Nuestra vida no se ha estacionado en ningún momento, querer se congele un episodio específico es ingenuo, por decirlo de manera amable.


El objetivo de la vida es la apreciación, por ello es que tendríamos que apreciar cada fenómeno que vemos. Admirar y agradecer el misterio de estar presente en la realidad, ahí radica la verdadera virtud de la humanidad.

Por más esplendorosa sean nuestros instantes, son irrepetibles, el cambio es constante nos dice la física.


La nostalgia ha servido si, para la composición musical, para la creación literaria, para las modas, y en general para el sufrimiento, por lo inaprensible, lo inalcanzable, lo imposible y en general para consumir, ¿Qué sería de la economía, si estuviésemos satisfechos todo el tiempo?


El ser humano es el único ser con capacidad para atormentarse, ¿A quién más le interesa y hasta disfruta sufrir? Este es el eje de nuestra personalidad global. Debemos extrañar para sentirnos incompletos.


Hay tratados ensayísticos sobre la nostalgia. El nobel de literatura Octavio Paz, aborda esa referencia, en el "Laberinto de la Soledad". El mexicano tiene resentimiento y hasta rencor, por separarse del cordón umbilical, esa expulsión del vientre materno lo condena para siempre a su soledad.


El budismo nos ha enseñado que el apego es una de las razones del sufrimiento.


En la literatura bíblica hay constantes enseñanzas al valor del cambio y de la migración. Moisés uno de los más grandes profetas, abandonó su tierra, para trascender. No perdemos nada, yéndonos de algún lugar. Ganamos.

 

Heráclito filosofó con profundo sentido común, que nadie podría bañarse dos veces en las mismas aguas de un río, de ese tiempo al nuestro han pasado milenios, pero no hemos aprendido. La tristeza enferma el alma, la nostalgia nos agria el humor.



Hay un ejemplo notable, algunas personas malhayan cumplir años, desprecian las experiencias, codiciando la lozanía y frescura de cierta edad. Es contradictorio. Para disfrutar plenamente de todos los momentos, hay que recordar nuestra transitoriedad, nuestro punto final. O a poco ¿sería entretenido ser eterno?.


No hemos perdido ningún paraíso, todo el tiempo ha estado en nuestra respiración.


#EsdrasCamacho

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