lunes, agosto 03, 2020

Volver al diálogo

Volver al diálogo
*Esdras Camacho
Instituto Mc Laren de pedagogía Critica – Motozintla

El diálogo desde cualquier referente es una comunicación interactiva, en la que hay turnos para escucharse y para hablar. 

Los mensajes emitidos  son siempre respetuosos, de otra forma la comunicación no estaría fluyendo en forma responsable. 

¿Quiénes dialogan y para qué?

El método socrático mayeutico, que epistemológicamente significa “hacer parir la verdad” es el proceso mediante preguntas y respuestas en la que los interlocutores mientras debaten y discuten encuentran. 

En México hay una frase popular que reza “hablando se entiende la gente” esta frase revela una práctica común en la que dos o más integrantes de una comunidad, resuelven sus diferencias y contradicciones mediante la escucha generosa  y la conversación oral a ratos intercambiables. 

La gestión del conocimiento a partir del diálogo es una práctica milenaria, así se ha sostenido la civilización entera. 

Aunque la frase suene eurocéntrica encontramos otra verdad: “Preguntando se llega a Roma”, y es justamente una actitud indispensable en la pedagogía: proponer, quien no propone, no se equivoca y el que no se equivoca es porque no pregunta, preguntar y equivocarse está también asociado al diálogo, el interno, el que realizamos internamente para revisar nuestros desaciertos, yerros y las posibles posibilidades exitosas. 

Al dialogar surgen conexiones neuronales, que a su vez estimulan ideas desconocidas, verdades no descubiertas. 

La incertidumbre como motor búsqueda, la curiosidad como principio de la exploración y el dialogo interno como ensayo para comunicarse mejor con los demás, es atributo de la conversación.

El desarrollo de la ciencia implica observar, pero también aplicar el método de ensayo y error, este es también un aporte las contradicciones positivas que se genera al ejecutar el diálogo interno. 

“Converso con el hombre que siempre va conmigo. Quién habla solo, espera hablar con Dios un día”, dice un poema el poeta español Antonio Machado. 

Las problemáticas recientes y pasadas en la sociedad latinoamericana, han dejado un cúmulo de saberes en la que abrevamos hoy los estudiantes de pedagogía. 

Hay  en las pedagogías del sur, -en Latinoamérica claro está- un ejercicio dialógico entra varias disciplinas que convergen en la emancipación del ser humano a través del acto educativo. 

En el agitado mundo de la actualidad, con sus increíbles proezas tecnológicas y sus maravillas científicas en la que la realidad normal se ha modificado nombrándose hyperrealidad, el sujeto no puede escucharse, no le es permitido escudriñar respuestas en su pensamiento intuitivo, es decir ha perdido su conexión consigo. 

Palabras como compañero, camarada o amigo han pasado a un pasado lejano, lo de ahora es la individualidad, en la que se compite por ser más exitoso y mejor ciudadano con respecto del otro. Se pregona como excepcional aquel que habla menos, y hace más. Se señala, se juzga y tilda de pasivo al pensador, el que piensa no produce dicen.

La sociedad capitalista ha moldeado estilos de vida en la que lo constante es el menosprecio del otro, la descalificación y la negación de otras realidades, ahí radica su éxito, en el que no seamos capaces de comunicarnos, por ello nos cuesta tanto diseñar propuestas de trabajo académico sostenibles, por el duelo de egos y por el continuo silenciar lo que no es aprobado por jerarquías verticales. 

En la escuela, en los trabajos, en los medios masivos de información hay una verdad, y todos religiosamente la dan por real, única y absoluta. Es la verdad del sistema capitalista con la que los educadores del mundo trabajamos, es el temor de expresar nuestras verdades y es además el sentimiento de resignación: “no se tiene el derecho de pensar distinto”. 

Al uniformizar el conocimiento y sus procedimientos de obtenerlo en la escuela se quitan la libertad al alumno y al profesor de explorar otras rutas de aprendizaje. 

Es todo en el proceso educativo  todo acto de autoridad es un silenciar de expresiones y matices de genuinos pensamientos del ser humano. 

La Reforma Educativa aplicada en México a principios del año 2000 insistía en un Marco Curricular Común en la que sus características permitieran al estudiante una transversalidad de disciplinas y un conocimiento basado en competencias, pero este modelo educativo estaba silenciando la voz de las culturas y uniformizando los pensamientos de los docentes y alumnos. 

Por ello es que para la reforma educativa; no es necesaria la filosofía, porque la filosofía, historia y todas las humanidades –entre ellas el arte- son subversivas y peligrosas, porque enseñan a dialogar, a pensar y ver el mundo desde ópticas paralelas y alternas. 

En el aula el educador que ejerce el rol de maestro frente a grupo y cuestiona a sus alumnos para comprobar conocimientos, pero que no acepta respuestas distintas a la teoría escrita o dictada, ejerce un poder que niega otra realidad, otra manera de aprender y otro conocimiento. 

Desde la óptica capitalista el profesor es el intermediario y lo que debe ser su tarea es adoctrinar a los seres humanos a su cargo para que sean entes irreflexivos, mudos pero si consumidores compulsivos de la moda, la industria y el ocio. 

Así entonces los pedagogos que aspiren a ser críticos tendrán que destruir paradigmas, proponer, equivocarse y volver a encontrar la ruta del diálogo dialectico para converger y coincidir, y avanzar en la construcción de un modelo distinto de educación en la que haya cooperación, solidaridad y afinidad entre sus miembros. 

En el modelo capitalista de convivencia el silencio es agresivo y en las pedagogías del sur, el diálogo el camino a construir la paz. 

Los efectos del diálogo son sorprendentes, incluso las células  de nuestro cuerpo mantienen una comunicación fluida permanente, en la que se complementan para sus funciones, y mantenernos vivos y sanos. 

La meta es incentivar el pensamiento libertario en la que ni el ocio, ni el trabajo sean opresores y esclavizantes. 

En estos momentos tenemos la oportunidad de coexistir en la construcción de un estilo de vida que frene el consumismo irracional en la hemos crecido, para entender y respetar que no somos el centro del mundo que puede transgredir derechos, sino seres sociales y humanos en igualdad. 

A través del diálogo, interno y externo en forma colectiva recuperaremos nuestro poder olvidado, el cooperativismo.

Escuchar y escucharnos es una necesidad humana y es  el eje de la pedagogía crítica. 

Con las mismas herramientas que han servido para agredirnos en la modernidad, reinventarnos y volver al diálogo para crecer juntos. 

Volver al diálogo, el siguiente paso. 

Para provocar la libertad, el diálogo. 






No hay comentarios:

Publicar un comentario