jueves, junio 06, 2024

El dilema eterno de la Escuela

 Han sufrido con asignaturas anacrónicas, miles de personas, porque el aprendizaje de esa información no corresponde a la realidad contextual, a la motivación de comunidad o  de las familias, debido a su disparidad, su complejidad, o desconexión. 

Por eso, uno aprende mecánicamente, absurda información innecesaria, repitiendo datos, que pueden ser ciertos, pero que son por donde se le vea, son protocolarios, flotantes. 

 Hallé maestros que no se ganaban el título, ocupan un recuerdo lejano en mi memoria, pero no me nutrieron el espíritu.  

Por otra parte, hubo una gran cantidad de exitosos seres que eran capaces de extrapolar la información en planteamientos de interés para todos, ellos nos llenaron de energía, nos motivaron y nos mantuvieron en el sendero adecuado. 

El asunto de la escuela es pantanoso. 

Por un lado está la comunidad afectada por las innumerables distracciones de la era del vacío, los profesores con carencias para incorporar a su modelo de enseñanza las órdenes del poder, y por el poder institucional que insiste en instruir a todos como soldados de un regimiento invisible. 

El dialogo que fue la escuela se perdió, se convirtió en dictadores y esclavos, custodios y reos. 

Por eso no seduce la escuela. 

Cuando nos agobie la desesperanza por las circunstancias, invito a no perder de vista el punto inicial de la educación, libertad de la ignorancia al individuo, empoderarlo, vivir mejor, procurarles otros modos de mirar y transformar su realidad. 


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