viernes, marzo 07, 2025

Ayer bebí demasiado café…

 

Ayer bebí demasiado café…




Como había de ser en la compañía anfitriona de un tenor de la escritura.

 

Un viaje el insomnio, no dejé de pensar en la última escena, voy a las viandas del parque central y mientras ceno unos tacos suaves, de fondo tengo una orquesta de marimba tocando supongo las últimas piezas, música de antaño, pasan de las diez y media de la noche y si que hubo fiesta.

 

Hace algún tiempo, mientras estudiaba el bachillerato suponía que estudiaría la universidad en Comitán, pero no fue así, la carrera que buscaba no estaba acá.  Entonces no hubo quien me presentara, nadie me hablo de ella, yo la descubrí, yo que de paso a Tuxtla en el autobús, decía, un día vendré.

 

Será la memoria de aquella película de Woody Allen, en la que por las noches en cierto lugar en un alucine se encuentra con Picasso, Hemingway, Dh. Lawrence, etcétera y mi arrebato sostenido recorriendo sus curvas. Vengo cada que puedo a extraer como los mineros, un tanto de iluminación, todos deberíamos tener un romance en la vida así, como yo lo tengo con esta ciudad.   

 

El aroma de la flor de durazno es una exquisitez, más si es por la mañana, en ayunas, y los rayos de sol que van iluminando las tejas de los techos, como las olas del mar cuando van ganando terreno.

 

¿Qué sigue?

 

Desayunar claro.

 

Una de mis personalidades, la bufonesca me ha dicho, imagínate que te dijeran ¡Calle Para siempre!  

 

 Me demoro viendo los entresijos de las piedras en las calles de la ciudad, acordándome de aquel relato de Rosario cuando fue niña y piensa que una de las bestias de carga al verle sus bracitos tan delgados pasar cerca de su hocico, en vez de morderla, se iban a reír de ella.

 

Entonces ¿Qué embrujo me trae?... hasta acá.

 

Busco el fantasma de Rosario, el de su Nana, el de Mario, quiero decirles, no permitan que la realidad nos despierte, que no me avergüence de este arrebato que hoy escribo como testimonio.

 

Y, yo que junto mis ahorros, de poco en poco para venir acá, para amarte, porque quizá haya otros que lo hagan también, a ver quién se cansa primero, si ellos, o tú, o yo.

 

Hay una eternidad para nosotros.

 

Voy a casarme con Comitán… no en Comitán,

 con Comitán,

 y tendremos muchos comitecitos,(as).

 

 

Me gorgeas

Me viertes

Yo te suspiro

Yo te encamo

Te bebo

Tú me fertilizas.

 

 

¿Y si me lo encontrara… será que me quisiera Rosario, no diría que tengo una cara igual que todos?  ¿Y se fuese brincando, viendo otros rostros?

 

Digo esto mientras deambulo absorto sus calles y contemplo su majestuoso espíritu blanco exhala el horizonte.  

 

07/03/2025

 

#EsdrasCamacho

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