martes, febrero 28, 2023

LA ESDEM

 #OdiseasPosmodernas
Año 2023: LA ESDEM
Me sigue provocando interés la torre metálica a un lado del Asta Bandera y una bola de piedra que están en una de las plazas cívicas de la Escuela Secundaria Diurna del Estado Motozintla… Hace días visité sus instalaciones administrativas, ¿El motivo? Obtener una preficha para el examen de selección del nuevo ciclo escolar para mi hijo, que está en vísperas de ingresar. 


De la banqueta a la entrada una estructura de acero resguarda la seguridad de sus visitantes, el alto y ancho portón los aísla de las miradas y sonidos de provenientes de la 5ª avenida. Los escalones siguen siendo aquellos que de niño vi inmensos y me siguen pareciendo en muy buen estado. 


Por aquellos días, no había candado que impidiera salir a jugar una cascarita de fútbol en plena calle, aunque adentro hubiera canchas. Luego de tantas retas y retas de futbol callejero, el refrescante sabor de la burbujeante “Jumbo” que nos compartíamos, hacía inmejorable esas aventuras. 
En el interior de la escuela donde, según creo sigue la prefectura, tenían un aparato de sonido, con un altavoz por el cual éramos convocados los jefes de grupo a   una reunión en la biblioteca con el director, para transmitir información que a su vez debíamos pasar a nuestros compañeros. 


En la biblioteca habían dos únicos juegos de ajedrez que eran utilizados por los que quisieran, siempre mediante un vale de préstamo y compromiso de hacer buen uso de ellos, la fila para los interesados, quedaba a medias, pues el recreo o receso duraba tan poco, que no alcanzaba para todo, no se podía jugar ajedrez, jugar a las atrapadas, ir por las empanaditas con doña Zenaida, jugar futbol, conversar con los amigos, hacer una cadena de manos para soportar los toques eléctricos que provenían de algún falso contacto en una  pared de las esquinas de la barda . 


Destacaban también las actividades extraescolares en el turno vespertino, que se nos impartía un día o dos por semana, en la que podías elegir inscribirte a Carpintería, Horticultura, Electricidad, Mecanografía, Economía Doméstica o Danza. De ahí salieron muchos electricistas y radiotécnicos que conocemos ahora en la ciudad. No recuerdo haber visto a ningún varón en clases de economía doméstica. Yo estuve en taller de Electricidad, en la que al cabo de dos ciclos logré ensamblar un kit de iluminación LED. 


Como un sueño del que ni siquiera eres consciente que lo estás soñando, vivíamos entre las clases de laboratorio con el maestro Valdemar, el profesor Gordillo, Villafuerte, Salazar, y el inolvidable Richard, quien era el encanto soñado de las señoritas que se divertían escuchando la mala pronunciación al castellano de varias palabras con silabas trabadas: “Profe diga Ferrocarril”, y él respondía “Tren”. 
Cada uno de los maestros tuvo un gran impacto en nosotros, yo pienso que ahí germinaron las vocaciones de varios. Ahí   por ejemplo supe de la Oratoria, ya que los participantes ya sea de Teatro, Canto, Declamación, Danza u Oratoria, tenían permiso para quedarse 15 minutos más después de clases para recibir asesoría especializada, los encargados fueron los profesores Jorge Méndez, Víctor Espinoza, Areli Monzón, Adolfo Soto, Reina Vera, Oscar Espinosa, entre otros. 


En clases de Danza, sobresalían los más extrovertidos, aquellos que iban en tercero y que ya se habían convertido en consentidos de la instructora, esas clases eran pocas para quienes disfrutaban de mostrarse en las ferias y exhibiciones masivas.   
Lo que recuerdo de esa época no son en sí las clases, que debieron ser muy buenas, evoco la fama de la escuela y la rivalidad “amistosa” con las otras escuelas, luego de las exhibiciones en los desfiles, no se hablaba de otra cosa en toda la semana y más allá, de los errores y aciertos de la banda de guerra, los cuadros históricos y en general de la elegancia de los contingentes. 


La pícara soñadora declarando su amor a quien anduviera divagando en los pasillos, el Polvorón sembrando pánico con su pandilla y la rozagante Natalia, que arrancaba suspiros a todo precoz muchacho que añoraba deshojar margaritas en su nombre: “me quiere, no me quiere”. 


Ahí vi a tanto estudiante listísimo para las matemáticas, que mientras para todos era una cosa lentísima, para otros era una avalancha. Admiro el talento de los que dominan el arte de las ciencias exactas, yo me reconozco en las humanidades, la escritura, la lectura y la filosofía, me son amenas, exquisitas y agradables. 


Algunas veces nos salíamos cruzábamos el canal del rio la mina, que en ese tiempo era solo unas veredas de terracería en la que podíamos andar a pie, para llegar a los videojuegos con “El Charro”, pedíamos una hora o media hora de Mario Bross, Cacería de Patos y aquel de Box, en la que había que enfrentarse a varios boxeadores antes de que el holograma de Mike Tyson fuera tu contrincante. Esos días fueron de Adrenalina; nunca hubo 5 pesos mejor gastados que en una hora de Nintendo. 


Para imponer el orden, teníamos a dos perseguidores infalibles, en la mañana el profesor Rosendo y en la tarde al amigo de todos los niños Don Nazariel. 


Conservo de esa época unas amistades, en realidad muy pocas. Al crecer, nos vamos convirtiendo en seres crípticos, ensimismados, y celosos, así que muchos quedaron en una franja que por decisión propia no pudimos mantener el lazo de amistad. 
Ahora le toca el turno de conocer y recorrer esos senderos a mi hijo, y deseo con el alma que sea inolvidable, que haya experiencias enriquecedoras que contribuyan a su desarrollo, en todas las facetas que le corresponda. 


Un abrazo a mis exprofesores. 
¡Viva la diurna! Nuestra secundaria. 
#EsdrasCamacho
Motozintla Chiapas Febrero de 2023


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