Pasado Perfecto
Esdras Camacho.-
Recobra fama y popularidad cada cierto tiempo el poeta mayor
de Chiapas.
Veo juventudes, escucho gente que se declara pariente, seguidor,
admirador, discípulo y lector exclusivo de sus letras.
Entre absorto y aburrido veo fantoches que de pronto suponen
cautivar al escribir o hablar con su
impostado ritmo mezcla de Pablo Neruda y Mario Benedetti.
Le tengo respeto y admiración a Jaime Sabines a consecuencia
de una hermosa historia del fin de mi adolescencia.
El gobierno del Estado de Chiapas, anunciaba un homenaje en
vida justo en los días previos o posteriores del cumpleaños del poeta tuxtleco.
El gobernador de ese tiempo no había escatimado en su organización, se preveía
fuese el 21 de marzo de 1999 en el poli fórum de la ciudad. Lo penoso del caso
es que la celebración se volvió lamento pues el poeta falleció dos días antes.
Anhelaba haber estado en la celebración; sus memorables poemas se contaban por veintena.
“Pequeña del amor”, “Espero curarme de ti”, “No es que muera de amor”, “Tu
tienes lo que busco” entre otros tantos.
Por ese tiempo, acudía
a clases matutinas de inglés, cursaba el segundo de los dos semestres obligatorios
para validar la licenciatura que cursaba en la Universidad Autónoma de Chiapas
Campus VI. Una niña que era mi compañera de clases mostraba interés
sobresaltado en la pronunciación de los verbos irregulares y su conjugación en
el presente continuo. El profesor animaba a los alumnos a ganarse puntos extra
por puntualidad, ella y yo éramos competidores.
Veía yo a Renata y pensaba: “She is loving, but it is not
me. She is dreaming but not with me. She is there, so close, and I loving her
in the present continuous without letting her know.
Renata tenía en la mirada esa negrura de un dolor silenciado.
La muerte de su madre la había convertido en taciturna, y estudiar la conectaba
con la realidad, pero fuera de ese esfuerzo, su alma vagaba en la paz sin paz
de los resignados.
Con la sorpresiva muerte del poeta Sabines, los organizadores
de evento, concluyeron que estaría bien que se hiciese el homenaje póstumo. De cualquier
forma, los invitados especiales tenían ya reservada la fecha.
El protocolo del recibimiento de sus restos se realizó a las
ocho de la noche en el centro de convenciones de la ciudad. En la entrada había
un ramillete de edecanes entregando de mano en mano un botón de rosa o una rosa
a cada uno de los asistentes al centro en un cajón de lata plateado reposaban las cenizas del poeta, con toda
solemnidad nos indicaron los lugares donde podíamos observar la ceremonia en el
que dos o tres hicieron uso de la palabra.
La despedida fue con alguna melodía épica, la instrucción: depositar
a los pies del féretro las rosas que nos habían entregado.
Al ver que había demasiadas rosas que a la mañana siguiente
estarían marchitas, regresé mis pasos y recogí unas 10 o más de las que aun no
abrían sus pétalos, y me fui a casa.
Al día siguiente las metí en mi mochila y sabedor de que
Renata sería la segunda en entrar al salón, sereno la esperé para hacerle entrega
de las rosas. Sus ojos cobraron fulgor y un solo de baterías de metal fue mi
pecho, supongo que también su corazón trepidaba de saberse adorada por el último
de sus admiradores.
¿Porqué? Me preguntó, yo omití el episodio de la noche
anterior y dije: “even if it's contraband love me”. Nuestro romance fue con
lentitud a un principio y sin final feliz. Ella le era fiel y deseaba entregar
su totalidad a quien desde la prepa se había convertido en su tóxico protector
y a según enamorado.
Sabedores de que no habría un presente perfecto a ratos y escondidas
inventábamos por lo menos una docena de veces los irregulares verbos del futuro
surfeando las naves de la lubricidad en la cavidad permitida de nuestros
labios.
Renata fue la recompensa de mi malformación de poeta,
aprendiz del héroe mayor.
Por eso cuando cualquiera me pregunta que, si he leído a
Sabines, les digo un NO rotundo. Y les adivino en su rostro la decepción. Mientras
pienso: “Se creen muy salsas, pero la neta. . . Están Chavos”.
#ODISEASPOSMODERNAS
Esdras Camacho
31 de Marzo de 2021
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