lunes, febrero 10, 2020

Lluvia

Son las 6 de la tarde y uno asiste a un espectáculo tenebroso... Las nubes que parecen ser el cielo - porque no se ve donde comienzan, o donde terminan - se agolpan con mansedumbre (con mansedumbre se me ocurre, en realidad desconozco los procesos químicos que componen o alteran la desintegración de sus elementos.

El instinto aflora, dan ganas... Dan ganas.... Dan ganas de tener ganas, dan ganas de algo, unos de mojarse, unos de tomar café... Unos de meterse a la cama solo o acompañado, unos de irse a la internet... Etc. Escribo estas líneas, que espero no tener que borrarlas, por la caída de la internet, y es que llueve.

Pero llueve de película, en serio el panorama es tan grandioso, una muestra de lo que puede ser una lluvia impetuosa, atemorizante, vigorosa, una lluvia de calidad, hecha como para borrar los males del día, como para renovar fe, bueno hablo de renovar ahora, que aun la tenemos, porque si llueve más de lo normal durante un prolongado tiempo en vez de reconocer y admirar los prodigios de la naturaleza, algunos sufrirán las consecuencias ....de la furia de ....dios.

Los truenos se anudan en lo extenso y profundo del cosmos, contribuyen a este ambiente, este momento, en el que nos reímos para no asustarnos, con la incertidumbre, recibimos la brizna, nos sacude, despeina, moja... Ahhhhhhhhh si esto es espectacular, es grande - lo majestuoso vs lo pasajero - se antoja, escribirte y llamarte por el celular, se antoja estar a tu lado, decir te necesito, tenme, dame, decir cuánto te quiero, decir. Juguemos nuestro juego favorito, decir, enséñame.... Decir, háblame de tu futuro... Estoy yo ahí?... Decir mi alma llora también igual que el cielo... Decir pellízcame para despertar - por ejemplo

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