El hombre que sabe que algo no está bien, pero sus recuerdos no encajan, porque nunca existieron, nunca fue verdad, su naturaleza no es lo que él cree, su realidad es distinta, y algo de su instinto y algo de su corazón está sufriendo, porque no está a gusto, con la personalidad que está dominando.
Me quedé y sigo en shok, pues aunque es ficción la historia de la persona que pierde la razón y se queda con una personalidad equivocada, inventada, y lo peor, no es consciente de su verdadera esencia, se cree bueno y es malo.
Entiendo lo malo por todo aquello que lastima y agrede, por lo que es perjuicioso para terceros, en eso coincidimos todos, es malo eso.
El bueno es el héroe, el romántico caballero que con madurez, sobriedad y entereza, domina la situación, controla sus emociones, es cae bien, muy cae bien, un poquito tonto, quizá pero muy, muy humano.
Que agonía: desear ser rescatado, salvarse, ser esclavo y verdugo de si mismo, a donde vaya llevar intrínsecamente el enemigo.
¿Qué queda?
¿resistir?
¿combatir?
¿rendirse?
¿asimilar?
¿Qué queda?
El desconcierto y.... esperar.
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