jueves, abril 09, 2009

La muerte no pide PERMISO

Esdras Camacho

La muerte es una señora sofisticada de unos 36 años que un día se enamora de un músico cincuentón y lo seduce, como consecuencia en el país la gente deja de morir, ya que la enamorada muerte deja de cumplir su infinito quehacer ancestral. El punto es el caos que ocasiona en la población pues lo normal es morir, se vislumbra de forma inmediata con la iglesia, ya que de no haber fallecimiento no hay resurrección y por ende la fe no tiene explicación, los institutos encargados de procurar salud se ven saturados con enfermos terminales que quedan suspendidos en la agonía y a lo largo de los meses el problema se va agravando.

Esta es el trama de la novela “Las intermitencias de la muerte” del premio nobel 1988,José Saramago, lo terminé hace unas horas.

Casualmente mientras lo leía acompañé a Vicky a ver a su tía que con un diagnóstico de cáncer en el hígado estaba internada en el instituto Mexicano del Seguro Social. La visita fue a las 6 de la tarde y la salida era hasta al otro dia a las seis de la mañana, pues ella se había ofrecido a ser la ayudante de guardia de la enferma.
Observé que la mayoría de las habitaciones albergan enfermos de todas las edades. Una señora salió a sentarse un momento frente a mi y me contó que había llegado de Coatzacoalcos, Veracruz, para acompañar a la mamá de un amigo suyo que es jubilado del Imss, su madre se había caído y fracturado el fémur, además de haber permanecido inconsciente y literalmente derrumbada durante al menos doce horas, pues no hubo quien se percatara de su accidente.

A la plática se le unió otra señora que iba con un muchacho de 17 años que le había extraído el apéndice. Su dolor comenzó en la madrugada y para las 4 de la tarde ya había sido intervenido quirúrgicamente, el muchacho se encontraba bien anímicamente y sostenía en su brazo izquierdo un suero que le inyectaron a la vena de su brazo derecho.
En un momentito se compartieron las experiencias de ambas señoras, diciendo lo peligroso que resulta que el apéndice decida dejar de trabajar y que en el cuarto 309 se hallaba otro muchacho que le habían extirpado el mismo órgano pero con la limitante de que la hiel se le había derramado y tuvieron que lavarle los intestinos con manguerita, otro más que le había estallado lo mismo, se hallaba en terapia intensiva.

Yo, únicamente he estado internado en dos ocasiones, la última de ellas fue cuando me enderezaron un brazo roto, consecuencia de un accidente automovilístico, que no pasó a mayores, por azares de la vida. Pienso que cualquier ambiente ajeno a la libertad es dañino para la salud emocional y física. Los enfermos, se enferman unos contra otros y no hacen otra cosa más que enfermar su ambiente, por lo tanto el que entra a un hospital se sumerge en una honda piscina de atmósferas mortuorias.

No quise entrar a la sala de la enferma de Vicky, no me sentí con la suficiente sensibilidad para ser ajeno a su dolor, o a su malestar resignado.
Cuando iba de regreso vi un altar de la Virgen de Guadalupe a donde acuden a santiguarse y a rezar por la salud de sus seres queridos, los que acompañan a los enfermos , los médicos y enfermeras también se santiguan y rezan cada que sienten necesidad de hacerlo ahí.

La noche parece no terminar y los enfermeros pareciera que son como los taxis en horas pico en la ciudad, no hay uno cerca y los que pasan ya tienen una comisión que cumplir.


Los días son como los sábados y domingos en soledad pero multiplicados por mil.
Los servicios que ofrece el imms son variados e incluye el de funerarias, mi primera impresión fue de contrastes, pues la publicidad de funerales pensé no debería ir acompañado de un servicio de procuración de salud. Luego leí el slogan publicitario y comprendía algo de ello. “no herede problemas, mejor anticípese”

La vida es tan vulnerable. Lo constaté cuando un pajarillo se estrelló contra el cristal transparente de la puerta de acceso al hospital, habrá creído que era ambiente natural lo que sus ojos observaron.

Un montón de frases trilladas sobre la muerte me invadieron y coincidí que la muerte para cualquiera es algo indeseable, pero todos olvidan eso cuando les dan rienda suelta a la libertad del los verbos lúbricos. Bueno todos, casi todos pensamos que somos eternos y solamente las enfermedades nos hacen entender que todos los días respiramos la muerte y que ella es nuestra sombra.

Mas noche leí que platón dijo cuando se encontraba ya en su lecho de muerte, le dijo a un alumno suyo. El propósito de la vida es aprender a morir poco a poco.
Creo que la mayor parte de las personas opina que lo malo de la muerte no es morir, sino soportar el dolor físico y la agonía.

Lo malo es morir y estar consciente de que no te pidió permiso.

La muerte no es algo que me asuste, pero preferiría no estar ahí, cuando llegue.

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