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Foto de Marco A. Cruz + |
Ninguna idea escrita o hablada retrata con exactitud la
situación de zozobra con la que se vive la Pandemia en el año 2021.
El reto primero de verificar la autenticidad de lo dicho por
las autoridades gubernamentales y empresariales a principios de 2020, ha
quedado superado.
Fuentes extraoficiales de la Secretaría de Salud, han
mencionado que las cifras de decesos se “Maquillan”, se disminuyen para no
revelar la magnitud de este apocalipsis.
“Quédate en Casa, lávate las manos constantemente, tose con
el codo y usa cubre boca”, son efectivos para evitar el contagio insisten.
La extrañeza es que aun a pesar de las vacunas de distintas
marcas por provenir de cuatro o cinco laboratorios distintos, las personas
siguen muriendo.
Primero se informó que el primer frente vulnerable eran
adultos mayores, luego habría de corroborarse que personas de distintas edades,
un porcentaje mayor no precisamente de covid, sino de paros cardiorrespiratorios.
Y la gente se pregunta si es una plaga o un castigo divino.
Y algunas dicen que tendremos que acostumbrarnos a vivir con
el peligro, filosofan, reflexionan y actúan como si se tratara de un campo
minado, caminando entre los sin saber, están destinados a morir.
No hay compasión del vecino, del conocido, no hay
conmiseración del que decide abandonar a su suerte al enfermo, pues el
moribundo podría contagiar a muchos más, por cada uno puede contagiar cientos o
miles, por eso algunos prefieren cortar el afecto.
La aflicción es masiva, pero los que son silenciosos, desean
como estar a la sombra de una roca, imaginando que el virus se olvidará de
tocarlos, tendrá oídos sordos a su turbación
y tendrá piedad del pánico de quien cree ocultarse.
Llorar no sirve de nada.
¿Quién para ampararnos?, ¿A dónde la sanación?.
Estamos como sin fuerza, luego de casi dos años del inicio,
y aún en medio de la tristeza, suspiramos con la certeza de que aun con otra oportunidad,
la humanidad destruye su futuro, por incredulidad, por temor y por desenfoque.
Los que aún estamos de pie, decimos ser valientes, pero al
fin de cuentas que más nos queda, que nuestras palabras.
#EsdrasCamacho
Agosto de 2021