Hay filosofía que consumimos a través de distintos medios, somos antena retransmitimos sonrisas o tristezas.
Hay playlist que te invita a degustar vino o café, música para leer, para meditar y respirar, para arrancar el día
Las playlist que nos ofrecen las plataformas de streamming son tendenciosas, pretenden conocer, dominar y manipular nuestro gusto, nos ofrecen lo que quieren que nos guste, pero no siempre es de calidad.
Yo soy ecléctico. “Yo le entro al pulquito, también al champán…Lo mismo les bailo que un tango, que un vals”.
Quizá un día logre conocerme totalmente el Spotify, por ahora soy un pez escurridizo.
Nos quedamos atrapados a veces con algún tema, y se encarna o mimetiza en nuestro ser. Con el hijo desobediente, o con el pobre venadito, música que se nos tatúa y nos instala en una atmósfera real-irreal. Así se construye nuestra tristeza o alegría.
No es una sino varias generaciones las devotas de Javier Solis, Joan Sebastian o Pedro Infante, oírlas nos acerca o aleja sentimentalmente.
Yo iba del bolero a la marimba, del mariachi a lo romántico, sin salvarme de nada. Miguel Gallardo, Camilo Cesto, Vicente Fernández, Vicky Carr y un largo etcétera. Eran aquellos días en que no cualquiera tenía un aparato de sonido, cuantimenos una grabadora con radio incluido en casa.
De las canciones que escuchamos y nos genera una sensación indescifrable. El “Saudade” que los portugueses descubrieron y nombraron. La maravilla, el asombro, el estupor, la paz inquieta, la serenidad ardiente, el grito callado.
A mi me gusta esa canción esa que dice “me gusta el vino tanto como las flores… y ser feliz es mi color de identidad”.
De cuando en cuando, a veces me elevo a alturas insospechadas y otras me voy en espiral al fango, son piezas únicas del laberinto de mi personalidad. Lo reconozco y lo asumo. En esos momentos Nirvana y Paquita la del barrio, Chayito Valdez y Arjona en la sala de espera; hacen fila para cantar-me y generar recuerdos y emociones.
A veces le hacemos el feo a cierto sonido, pero es porque estamos ensimismados, hay que darles paso a las generaciones, estarán contaminadas, influenciadas, manipuladas, pero tienen el derecho de tener su propia biblioteca sentimental, a ti te parecerá horrible… pero quien te asegura la tuya es superior.
Hay lágrimas y sonrisas para todos.
Canta, vive y sueña no te entretengas en juzgar.
Digo ¿no?.
#Esdras Camacho
25/07/2025