domingo, marzo 23, 2014

Ilse

Hoy escuché su nombre. Bonito y acorde con ella


Aquella vez, (no sé cuando) la vi triste,  en la parada del autobús porque su marido había prometido acompañarla en su viaje de compras en Tapachula y al final solo le estuvo acompañando pero por teléfono.

¿En que trabaja él?, - le pregunté.
- En una compañía de construcción
¿Qué hace ahí? - insistí.
- Es operador de maquinaria.

Eran casi las siete de la noche y los conductores de autobuses anunciaban su última salida. Si no se iba ahí, se quedaría esperando a él y, quizá habría de pagar un viaje especial a su destino.

Tuve que tomar mi lugar y dejar una conversación que me empezaba a gustar, sobre todo por la belleza de su rostro.

¿Cómo describiría su rostro?

No puedo adornar con palabras, lo que ya es el marco de ternura y soberanía, cual reina destronada  que conserva su dignidad.

Pensé en ese encuentro y en la posibilidad de que nos hiciésemos amigos. ¡Por supuesto!, más que amigos.

No supe ni su nombre, apenas iba a preguntárselo, cuando me apuraron a subir, y, sabía que iba por buen camino cuando me dijo "tú no bebes como él",
- ¿cómo?.
- ¡Todos los días!.

Me quedé con tantas palabras.

Ho la vi de nuevo, flanqueada por  dos feas, su presencia divina extasió mi momento, le dije:

- Yo  te ví en la parada del autobús, aquella vez que no llegaba tu principe. ¿Te reconciliaste con él?
- Que suerte de reconocer mi rostro.
- ¿Con quién vas?
- ¿Con mis cuñadas?
- ¿Cómo te llamas?
- Ilse.

Fue todo y mi corazón está sonriente, por eso.

#DemasiadoFuror