lunes, junio 24, 2013

Día del padre


Más allá de lo pregonado por los rebeldes fashion en torno a la celebración, en el que se promueve el mercantilismo y las acostumbradas caras felices porque lo manda un sistema que nos rige y define nuestras emociones cada cierto tiempo, estuve con mi padre para convivir un poco el domingo 16 de junio del 2013.

Pedí el permiso respectivo en el trabajo. Hasta hace unos cuantos meses era un asalariado promedio, de un tiempo para acá, soy un empleado extraordinario ¿Porqué, pues hago lo extraordinario?, me empleo doble turno, preparándome para cumplir en ambos lados con la energía y la emoción que siempre me han distinguido.

No es sencillo, pero a uno le gusta cumplir lo que algún tiempo se propuso, cuesta mucho trabajo cumplir nuestras propias metas. Sin embargo para ello, repito nos preparamos.

Naturalmente que si uno busca un segundo empleo, no es para complicarse la vida de gratis, sino para complicarsela claro, pero con un beneficio que se refleje en nuestra calidad de vida, siempre decimos a largo plazo, pero yo deseo que sea en el presente, que no viva pensando en lo próximo, sino disfrutar desde ahora con lo que obtengo gracias al esfuerzo.

Obtengo comprensión y apoyo de mis padres y esposa, de los amigos quizá no tanto, pero es lo que me gusta hacer y lo haré mientras tenga fuerza.

Derivado de la actividad que realizo de lunes a domingo, me impide la convivencia por pequeña que sea con nadie más que no sea mi primer círculo y el primer círculo es mi pequeño Halyl, la nena que viene Vicky y la mamá de ellos, Vicky la grande.

Como nos gusta hacer lo imposible, dije si al festejo. Un festejo carrereado, atolondrado, quedamos de vernos en el rancho de los tíos Cesar y Alfredo Camacho, en Tuzantán Chiapas, ese es el punto neurálgico de nuestra identidad como familia, la antes de la primera.

Diseñé junto con mi hermana unas preguntas a manera de entrevistapara mi papá, que es padre de 5 hermanos, dos varones, tres mujeres, lo grabamos en vídeo como recuerdo y testimonio de un presente que obviamente pasará.

Imaginé sus respuestas, pero quería confirmar mis ideas. En efecto así fueron, sus respuestas concisas, precisas, muy frescas y muy certeras. Me conmovió una contestación "El mejor momento de mi vida es cuando nace el primer hijo. "; me transporté al momento en que tuve en mis brazos a mi primer pequeño. Por supuesto ese instante es un canto a la vida, un sentimiento de plenitud y agradecimiento por la bondad de participar del milagro de la vida.

Mi papá ha hecho según su criterio lo mejor para si mismo, pero también para nosotros, nos dio inspiración para afrontar la vida con valor, con mesura, con prudencia pero sobre todo con respeto a la vida misma.

Su personalidad clara, fija, perseverante, constante, sus ideas solidarias.

Me queda la lección "Haz todo lo que quieras, pero cuida que tus hijos no tengan reproches que hacerte".