jueves, marzo 15, 2012

UN VIAJE

Estar en ese lugar, fue una experiencia fuera de lo común.

En lo personal no me provocó los arrebatos emocionales, que en las demás personas si vi de forma extraordinaria. Anónimo y yo habíamos acudido a realizar una entrevista a cierto personaje de mediana celebridad, pero no contábamos con que toda la casa era una inmersión a un fascinante ambiente.

 Algo sospeché, pero no identifiqué qué; cuando nos credencializaron y solicitaron nuestros correos electrónicos. Me parece, y es que a cualquiera por más concentrado que fuese lo distrae de su objetivo, el encontrar las cosas de hace décadas, que es el objetivo del dueño de la propiedad ofrecer a sus visitantes un lugar en el que se regrese al pasado, o mejor dicho, en el que el pasado no ha pasado, en el que el pasado es presente.

 Sabíamos que era irreal, pero juro que dábamos hasta un brazo por quedarnos para siempre atrapados en los ochenta. A mi que me cuesta pronunciar la debilidad por cualquier emoción, de verdad confieso que me atrapó estar ahí. En el recorrido, que además no era como ir al museo, más bien, era cumplir la fantasía de meterse en la película que están proyectando en el cine y participar, si no modificando el rumbo de la historia, si participando y dejándose transportar al momento y a la época simulada.

Veíamos a grupos de personas que en un apartado jugaban a la botella, tan ensimismados, que ni siquiera reparaban enla presencia de extraños. y bueno, lo fantástico, era que nada era superpuesto, en verdad era el aire, era la magia, era el sonido de losaños ochenta, por ejemplo cierta sala, tenía la música de Patxi Andión y el tema "Si yo fuera mujer"; y en otra cuatro viendo la tele, (blanco y negro)uno tenía el control y jugaba pacman, lose demás atentos con la vista en silencio. Tengo que decir, que la gente no andaba como en el presente, pegada al celular segundo a segundo, y el tiempo transcurría sin la misma prisa, por lo menos así lo sentía.

En la tele, puesta en el canal 2, obviamente pasaban cortes de las novelas "El extraño caso de Diana Salazar, Monte Calvario", y los avances del programa "60 Minutos", luego Gloria Calzada presentaba las novedades. "Yo no te pido la Luna" de Daniela Romo y "Amnesia" de José José.

Lo que más mellamó la atención es que algunos si que los notaba transtornados, por ejemplo en una sala ensayaban unos músicos las melodías de Gleen Miller, y uno de los que se encontraba de visita, llegó y tomó el trombón ensayando una melodía de Los fabulosos Cadillacs, y más tarde le palmeó la espalda, diciendo: sigan intentando, algún día esto será lo máximo. Los tocadiscos, los videos betta, los casetes, los walkman, eran objetos preciados, lo mejor que el hombre blanco había concebido jamás...

 Los posters emblemáticos, artistas que hoy son olvidados, bueno si que fue un buen viaje, como sentí esa estancia. Lo malo, es que al salir, algunos eran arrastrados y forzados a abandonar la estancia, muchos otros, a la salida, estaban intentando regresar por todos los medios, llorosos, cansados, angustiados, se arremolinaban a la puerta como si fuese la entrada al paraiso, y más a un lado, la clínica de terapia psicológica los esperaba. Más tarde me enteré que la empresa farmaceutica "Burdón" patrocinaba el lugar, y el funcionario que nunca entrevistabámos también era socio del proyecto de evasión colectiva y dependencia a los psicotrópicos.

Yo no entiendo como fuí inmune a esa dependencia (medianamente). Aún estoy escuchando a Timbiriche y descargando su música desde youtube, mientras borro de mi bandeja de entrada el SPAM, que me dice, aprovecha los descuentos de la Clinica y las rebajas en sus medicamentos.

Y el funcionario?... sigue organizando sus fiestas, y nadie ha podido entrevistarle.