sábado, marzo 21, 2009

VEJEZ

ESDRAS CAMACHO



Entre las distintas etapas que todo ser humano atraviesa, la más preocupante es la vejez, se cree que es la peor etapa, porque se pierde la capacidad intelectual y física. Se cree que es la antesala de la muerte, se asocia con soledad, inutilidad y sufrimiento. En muchas familias se discrimina a los viejos, por el hecho de ser personas que muchas veces pierden la mayoría de sus habilidades. Por ahí se ha dicho que : "el que es buen joven es buen viejo", con referencia a que si se lleva una vida regular, sana, sin sobresaltos y excesos en la juventud, los achaques y todo lo que acontece en la vejez, no es un problema; por eso es aconsejable, no quererse comer el mundo de pocas mordidas, no querer adelantarnos a vivir mucho y nunca pensar que como jóvenes somos los amos del mundo, que tenemos a Dios, agarrado de los testículos.

Aunque se sabe de ciertos ancianos que se sienten y se ven con más energía que los propios adolescentes, es ahí cuando se comenta que la juventud, no es un estado físico, sino mental. Lo malo de la vejez, es cuando las arrugas y las canas aparecen, digo, todos somos vanidosos, todos apreciamos y valoramos, el color rozagante de las mejillas, las carnes duras y el brillo de los ojos, cosa que en la vejez, se pierde, da tristeza, sobre todo a aquellos y aquellas que se empeñan en querer seguir aparentando una piel de angelito recién fabricado. La estética nos indica que un cuerpo bello, es un cuerpo esbelto y de formas delicadas y no precisamente se cuenta con ello en la vejez, al contrario, el paso de los años hace estragos y la acumulación de arrugas, hace que se contraiga el tejido muscular, que se reduzca la estatura y se deshidrate la epidermis. Lo malo del asunto de envejecer, no quererlo, pero tampoco poder evitarlo, es cuando llega el sentimiento de resistencia, ese que hace que el individuo o individua se quiera adecuar a la moda y cambie sus discos de mambo, rumba y rock and roll, por el ska, el reggae y el rock pesado.

Que mal aparentan los que se visten con ropa que le hace ver ridículos, sobre todo porque la edad de las perversiones, el atolondramiento, la desfachatez, ya pasó. Ya es uno maduro y ser maduro es elemental. Aunque no queramos lo mejor es saber aprovechar y disfrutar cada bella etapa y no querer adecuarse a los tiempos cambiando nuestro estilo de hablar, caminar, pensar y vestir. En fin hay que pensar que nosotros también fuimos revolucionarios, también fuimos espontáneos y también nos encantó el desmadre, pero hay que darle paso a las nuevas generaciones, con el único gusto que podemos tener y que nos puede dejar la siguiente reflexión : como te ves, me vi, y, como me veo te verás... algún día, si tienes suerte. Digo, entonces, el gusto que me queda es que todos alguna vez seremos viejos, de eso estoy seguro... ¡Ah, y por favor no chochee

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