jueves, diciembre 15, 2005

El anatomista

Esdras Camacho

El título puede confundir al incauto con el texto menos logrado, que apareció mucho antes, sin embargo hay mayor talento e imaginación en Federico Andahazi, argentino de 33 años que hizo que fuera premiada esta novela.
El ambiente se sitúa en pleno renacimiento, que como señala el autor, a pesar de las ideas de la ilustración, ideas oscurantistas y represoras, aun se mantenían y dominaban a la mayoría. Mateo Colón es un graduado en farmacia y medicina en la ciudad de Venecia, en la Universidad de Padua y a sus 42 años, hace un descubrimiento similar al de su homónimo Cristóbal, solo que en el terreno de la anatomía.
Mona Sofía es una bella prostituta de 15 años, de portentosos y exquisitos atributos, pero de una malicia, frialdad y astucia sobrenatural. Mateo Colón era un ser disciplinado, entregado a dar clases de una alta reputación y una moral estable, cuando conoce a Mona Sofía, conoce también el amor sublime y no correspondido, frecuenta por varios días al objeto de su admiración, sin poseerla le paga y solo habla de amor, al cabo de unos días, se queda en la ruina, sin siquiera conseguir una mirada dulce de aquella mujer encantadora.
Mona y sus diminutos pies, ojos esmeralda, tersas manos, piernas talladas como en madera, pezones como pétalos de rosa, de sensualidad infrecuente, fue el detonante de la exploración sobre la naturaleza del anatomista, a fin de hallar la fórmula para lograr que fuera correspondido.
Ungüentos, bebidas probó y experimentó con ancianas prostitutas que al sentir los efectos alucinógenos, maldecían y acusaban al anatomista de Satánico. La trama cobra fuerza, cuando el anatomista es llamado a curar a una mujer rica y descubre, que: “para llegar al corazón de una mujer, es necesario conquistar primero el de otra”. Mateo, es recluido e impedido de comunicarse, se le acusa de perjurio, herejía, blasfemia, brujería y satanismo. Hay a cada frase referencias a Pitágoras, Platón y Aristóteles. Andahazi se vale de la suficiencia intelectual de los clásicos para insertar argumentos filosóficos a la historia y darles un matiz histórico que vuelva creíble la ficción.
El lector, debido al estilo sencillo, puede prevenir los acontecimientos, si el que lee no es morboso, aprenderá un poquito. Hay momentos en que pareciera que el libro es màs filosófico que erótico, pues en el discurso se localiza constantes alusiones a las sagradas escrituras. El gran descubrimiento, el amor veneris, la dulce América donde conduce la novela es el objeto del ascenso de la humanidad.
Lea y descubra quién, como y por qué tiene al mismo tiempo, la llave de los cielos y el infierno. Andahazi Federico. EL ANATOMISTA. Editorial Planeta. Colección Fábula. Argentina. 1997. Pp. 277

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